Un cordial saludo a todos los amigos que se encuentran en esta plataforma. Espero que todos estén bien de salud y que todo vaya bien en sus actividades diarias.

Esta mañana es viernes, el cielo está despejado y brilla desde el horizonte oriental. Se puede ver que el rocío en los árboles ya ha comenzado a secarse. Sin embargo, la gente sigue en la misma situación, en todos los rincones del pueblo se respira una atmósfera de silencio desde que se produjo la inundación. En la zona de Koto, cerca de la carretera que atraviesa Sumatra, algunas cosas han comenzado a mejorar. Yo estoy en casa disfrutando del aire de la mañana y del día libre, no por vacaciones semestrales ni por agenda, sino por la grave catástrofe que ha azotado mi provincia: las «inundaciones repentinas». Por ello, algunas universidades han cerrado, incluida la Escuela Politécnica Estatal de Lhokseumawe, donde estoy cursando mis estudios actualmente.

Sigo esperando el próximo viernes, 11 de diciembre de 2025, para que las clases vuelvan a la normalidad si no hay más obstáculos ni condiciones adversas. Rezamos para que la situación mejore cada día y que este país se recupere pronto. Sin embargo, aunque la zona donde vivo parece estar mejorando, aún se sienten los efectos negativos de esta inundación. La electricidad ya ha vuelto, pero aún no ha vuelto a la normalidad y no se ha recuperado del todo, ya que cada día hay cortes de electricidad de 3 horas, 2 horas o más. Yo lo entiendo, porque otras zonas están en proceso de reparación. Lo mismo ocurre con la red de Internet, cada día hay que luchar con una red que no mejora. Algunas actividades se retrasan a veces, por lo que a veces prefiero sentarme en una cafetería para tener una buena conexión a Internet y poder realizar mis actividades con normalidad, como escribir, editar, ver información nueva, etc.

Después de pasar toda la mañana en casa, fui al café «Ali Kupie», el lugar donde suelo sentarme a pasar el rato, a veces solo y otras con amigos. Desde casa voy solo a la cafetería, la distancia no es muy larga, solo unos 7 minutos en moto. Me siento en la cafetería después de comer y rezar el duhr en casa. También llevo el portátil porque, mientras escribo la publicación, pongo música. Después de subir las fotos al portátil, empiezo a escribir.

Unos minutos después de sentarme, llegó el café que había pedido y lo disfruté mientras continuaba con mis actividades. Por la tarde, cuando la luz empezó a atenuarse, ya había guardado mis cosas en la mochila, como el portátil, el cargador y demás.

Luego volví a casa y me detuve en la gran mezquita de Bujang Salim, situada en el centro de Dewantara. Allí realicé la oración del asar antes de continuar mi viaje de regreso a casa.

Alrededor de las 6:00 p. m. WIB, ya había empezado a bañarme y a ponerme ropa nueva del armario, mientras esperaba la hora del maghrib. Abrí el teléfono móvil y vi las nuevas notificaciones que habían llegado. Poco después, cerré el teléfono, lo guardé en el bolsillo, salí y encendí la motocicleta para ir a rezar el maghrib en comunidad en la mezquita.

Después de terminar la oración del Maghrib en congregación, salí de la mezquita y contemplé el aire fresco de la noche y el paisaje de nubes muy singular y hermoso. Vi nubes apiladas en dirección oeste, como si estuvieran a punto de traer lluvia a la zona donde vivimos.

No me lo esperaba, pero cuando cruzaba la calle de regreso a casa, al salir de la mezquita, de repente todo se oscureció: la electricidad se cortó de nuevo de forma repentina y todos los callejones y calles solo estaban iluminados por las luces de los vehículos. Seguí avanzando hacia mi casa hasta llegar sano y salvo.

Así es la historia que puedo compartir en este artículo. Gracias a todos los que han visitado mi publicación.

Saludos, @cymolan