Volví a casa a tomar helado

in Comunidad Latina5 months ago

image.png

Algunas noches son mágicas y no requieren grandes planes ni restaurantes elegantes, solo la compañía adecuada y una bebida fría y refrescante.

Esa noche, pasé una de esas cálidas y reconfortantes veladas con mi hermana, llena de risas, charlas y la dulce efervescencia del Peach Malt de Murree Brewery.

Literalmente chocamos nuestras latas de Peach Malt, capturando una pequeña celebración de hermandad.

Las latas son elegantes y vibrantes, con un intenso degradado dorado anaranjado que se desvanece del cobre intenso en la parte superior a un suave melocotón en la base.

Las palabras "PEACH MALT" resaltan con fuerza en blanco y, debajo, en letras más pequeñas, "Bebida de malta carbonatada con sabor a melocotón sin alcohol".

Incluso hay un eslogan divertido al final que dice "Deliciosa Aaaaaro000... BEBIDA", que captura a la perfección el ambiente divertido en el que estábamos.

Ambos sostuvimos nuestras bebidas juntas, casi como un brindis por momentos que no necesitaban ser perfectos para ser memorables.

La condensación en las latas comenzaba a dar señales de que estaban perfectamente frías.

Nos sentamos con las piernas cruzadas en la alfombra, con una bandeja de bocadillos entre nosotros, palomitas y todo. No les tomé fotos porque mis manos se ensuciaron y se pusieron pegajosas, así que no quiero tocar el teléfono con las manos pegajosas. Música de memes de la vergüenza sonando suavemente de fondo.

El sabor fresco y afrutado de la bebida combinaba a la perfección con el ritmo relajado de la noche.

Era ligeramente burbujeante y tenía el punto justo de melocotón: era el mejor phoonk en lata.

Pero más que la bebida, fue la presencia de mi hermana lo que hizo el momento especial.

Hablamos de todo, del estrés laboral, de los recuerdos de la infancia, de las tonterías de las redes sociales y de los planes que soñamos.

Hubo risas, desahogos y algunos momentos de silencio que se sintieron como conversaciones profundas.

Me recordó cómo las pequeñas alegrías, como compartir una copa divertida con alguien a quien quieres, pueden dejar una sensación de calidez duradera.

No importaba que estuviéramos en casa, parecía una pequeña escapada.

Así que brindemos por los momentos maravillosos, las risas inesperadas y el tipo de noches que te llenan el alma con un sorbo, una sonrisa, una historia a la vez.

image.png

Anoche salí a caminar con mi hermana justo afuera de casa.

El cielo estaba suave y gris, y el clima tenía esa sensación de calma y brisa que facilita las conversaciones.

La calle estaba tranquila, bordeada de autos estacionados y rodeada de árboles que susurraban suavemente con el viento.

Caminábamos despacio, sin prisas, simplemente disfrutando del momento de paz.

Hablamos de todo, de música, recuerdos de la escuela de arte, pensamientos sueltos e incluso de nuestros sueños para el futuro.

Hay algo tan reconfortante en compartir esas conversaciones sin filtros con un hermano.

Había un parque cerca, pero no fuimos.

Mi hermana no tenía muchas ganas y, honestamente, solo caminar por la calle le pareció suficiente.

A veces no necesitas un lugar específico, solo la persona adecuada a tu lado.

Fue uno de esos paseos sencillos que significaron más de lo que parecía.

image.png

Cuando llegué a casa, mi hermano nos sorprendió con este delicioso helado de Alpine, una heladería pequeña y acogedora que parece una joya escondida.

Es uno de esos lugares elegantes y encantadores donde el aroma a conos de waffle y crema helada te invade desde el momento en que entras.

Como alguien que ama el helado, este momento me levantó el ánimo al instante.

Soy una gran heladera, ¡la verdad es que no hay mal día que una buena bola no pueda arreglar!

El mío era una generosa bola de cremoso helado en un vaso blanco e impecable de Alpine.

La superficie está llena de chispas de colores y crujientes almendras en láminas, con un chorrito de rica salsa de chocolate asomando por un lado.

La textura era sedosa, justo como debe ser un buen helado.

Había dos sabores distintos en el vaso: vainilla clásica y chocolate belga.

La vainilla era cremosa, ya sabes, aterciopelada y salpicada de motas naturales de grano, mientras que el chocolate tenía un profundo e intenso sabor a cacao que se derretía en la boca.

Las coberturas no solo eran bonitas, sino que añadían el toque crujiente perfecto y una explosión de dulzura.

Las chispas le daban un toque colorido y divertido, mientras que las nueces picadas aportaban una calidez tostada que equilibraba el frío deleite.

Cada bocado era una celebración en mi boca: fresco, cremoso, crujiente y lleno de alegría.

Nos sentamos todos juntos, disfrutando de nuestras propias tazas, charlando y riéndonos.

Fue un momento tan acogedor y desenfadado que se queda grabado en la memoria.

Este helado no solo sació un antojo, sino que le dio un toque especial a mi día.

La verdad es que podría comerlo todos los días y aún así me gustaría más.

@steemchiller
@cotina

Sort:  
 5 months ago 

!category 3

hola, puedes indicar con mi dispositivo, tomaste las fotografías? justificar el texto le puede dar un aspecto mucho mejor a tu publicación, puedes unirte al canal de Telegram?

Únete a nuestro grupo de Telegram

DescriptionInformation
Plagiarism Free
#steemexclusive
IA Free

No olvides votar a @cotina como tu testigo o establecernos como proxy de voto!

 5 months ago 

Post agregado a la lista. Sera votado en los próximos minutos.