Querido Niño Jesús:

Hoy me acerco a Ti con el corazón abierto para contarte cómo fue este año que termina. No fue un camino fácil; estuvo lleno de turbulencias, retos y momentos en los que sentí cansancio y dudas. Sin embargo, aquí estoy, de pie, agradecida y consciente de lo fuerte que fui. A pesar de todo, no me rendí. Seguí adelante con mi carrera de Contaduría Pública, esforzándome día a día por alcanzar mis metas, y también continué persiguiendo mi sueño como bailarina, dejando que el arte y la disciplina me sostuvieran cuando las fuerzas parecían escasear.

Este año aprendí que la fortaleza no siempre significa no caer, sino levantarse cada vez con más fe. Aprendí a confiar, a tener paciencia y a creer en mí, incluso cuando el camino parecía incierto. Por eso hoy no solo agradezco lo bueno, sino también lo difícil, porque cada obstáculo trajo una lección, cada tropiezo me hizo más sabia y cada prueba me enseñó a valorar lo que realmente importa.

Gracias, Niño Jesús, por mis padres, por tenerlos a mi lado, por su amor, su apoyo y su presencia constante. Son un regalo inmenso en mi vida, un refugio seguro y una bendición que no doy por sentada. Gracias por cuidarlos y por permitirme compartir con ellos cada paso de este camino.

Hoy también quiero mirar hacia el 2026 con esperanza. Te pido salud para seguir avanzando, sabiduría para tomar buenas decisiones y fortaleza para no rendirme ante las dificultades. Pero, sobre todo, te pido vida y bienestar para quienes me rodean, para mi familia y para todas las personas que amo. Que no falte la fe, que sobre el amor y que siempre tengamos motivos para sonreír y agradecer.

Pongo mis sueños en Tus manos, mis anhelos más profundos y mis deseos más sinceros. Confío en que me guiarás y que, paso a paso, seguiré creciendo y aprendiendo.

Con fe, gratitud y mucho amor,
te entrego esta carta.

Amén. ✨🎄

Invito a mis amigos @ternuritajessi, @eglis, @genomil.