Una pelea de tigre contra burro amarrado

Esto de las armas modernas me hace volver a mi pasado de niño cuando en las comiquitas había personajes que disparaban una pistola y la bala, en vez de ir en línea recta, lo que hacía era perseguir el blanco, y así, precisamente, es como operan los misiles hoy en día, tan solo de que en ciertas circunstancias se les puede engañar y persiguen lo que no es. Me refiero a que, si, por ejemplo, le disparas a un avión, éste, al detectar que le han disparado, dispara un racimo de bengalas y el misil pasa a enfocarse en un nuevo blanco y es allí donde explota. Este artilugio no lo usan solo los aviones de guerra, sino también aviones especiales como, por ejemplo, los presidenciales o los pertenecientes a magnates, ricos o famosos.

Ahora bien, como la tecnología está rebasando incluso los límites de la imaginación de la gente común y corriente, como el autor de estas líneas, es muy probable que en el presente las computadoras de los misiles no se dejen engañar tan fácilmente como sus predecesoras y sepan descartar muy bien cuál es el blanco verdadero y cuáles son las bengalas.

Pero el problema en las lides de las guerras y batallas se vuelve aún más complejo con el asunto de la creación de los cohetes hipersónicos, los cuales se pueden desplazar a velocidades superiores a los 5 mach (5 veces la velocidad del sonido), lo que las hace difíciles de derribar una vez que van a través del aire. Y, según dicen las malas lenguas, las fuerzas armadas de Venezuela cuentan con estos misiles, lo que le podría ocasionar algunos dolores de cabeza a las fuerzas militares estadounidenses que se encuentran hoy en día desplegadas en el mar Caribe, supuestamente a punto de atacar ciertos y determinados blancos dentro del territorio venezolano. De todas maneras y viendo el asunto a grandes rasgos, eso sería como una pelea de tigre (EUA) contra burro amarrado.

_{Invitación: @jesusnunez, @zorajaime, @alanasteemit}