¿Puedes imaginar a Jesús levantando barreras?

¿Puedes verlo poniendo sobrenombres, avergonzando a otros, echando la culpa y criticando?, ¿era autoritario, exigente y egoísta?.

A María Magdalena no le dijo, deberías avergonzarte por lo que has hecho, que desagradable, los fariseos tienen derecho a apedrearte, recibirás lo que mereces (Poner sobrenombre, culpar, avergonzar y sermonear).

Imagínate que habría sucedido esa noche cuando Pedro negó a su señor, si Jesús le hubiera gritado, estúpido, majadero, es así como hablan mis discípulas, deberías comportarte mejor (poner sobrenombres ofensivos, avergonzar, criticar y moralizar).

Piensa en la situación que se habría presentado, si Jesús hubiera dicho a Marta el día cuando quiso que su hermana la ayudara en la cocina, será posible, Marta deja de molestar a tu hermana, no estás pensando bien, parece que estas celosa (exigir, juzgar, diagnosticar).

No podemos imaginarnos a Jesús diciendo a la samaritana junto al pozo, eres una mentirosa, como te atreves a mencionar el nombre de Dios, cuando eres una pecadora tan grande (acusar, avergonzar).

Pero Jesús no dijo nada de eso, amaba a las personas demasiado para levantar barreras, vino para eliminar las barreras que nosotros levantamos, vino a restaurar las relaciones interpersonales y no a destruirlas.

Las barreras destruyen de la siguiente manera:

• Disminuyen nuestra autoestima.

• Nos ponen a la defensiva, nos llevan a poner resistencia y al resentimiento.

• Nos inducen a retraernos y a sentirnos derrotados.

• Anulan las soluciones reales para nuestros problemas.

• Bloquean las manifestaciones de los sentimientos

Jesús vivió en este mundo sin juzgar, ni exigir, procuró aliviar el dolor de otros, vivió sin quejarse, sin sentir envidia, ni celos y sin jactarse, Jesús sabe que se necesita para ser amigo, el puede ayudarnos a eliminar las barreras que surgen en nuestras relaciones amistosas.