Wanda has been very strange lately but I haven't been able to understand why. She has it all or at least that's what I think. She lives in a nice house near the park and a grand piano in the middle of her living room that her father bought her as a gift when she turned 12. She has always had everything in her life, even her whims.

This morning I received a message from her on her cell phone that left me somewhat uneasy and corroborated my suspicions that something was wrong with her.

She told me “I need you to go to the alley of broken dreams and there you will find something that I left for you.”

She was a girl who didn't visit those poor people's places. Why did she go to that neighborhood and why did she leave me something there? What has she left me? My mind was a whirlwind of ideas, some of which were somewhat cloudy, but I was afraid for her and I also didn't know where she was.

Instead of continuing to waste time with absurd thoughts, I decided to get dressed and go out to the famous alley to find what Wanda had left me.

The morning was quite hot, it could be due to climate change – I thought. The Alley of Broken Dreams was very far from my apartment and it was a place I didn't usually visit and I guess neither did Wanda.

The nightlife there was quite hectic but during the day it was just facades of old houses.

I caught a bus that would drop me off in the center of the city and a few blocks away was the famous alley. In about an hour, he had already made the entire journey. During the tour I saw the movement of the city. Ladies in a hurry, street vendors, young people walking together to go to the university bus stop, in short everyone in their particular routine.

I took a book to read but it was impossible, between the gaps in the streets that made the bus sway and the noise of people coming and going, I lost concentration all the time. I closed the book and stared through the dirty glass, the city looking sadder from my perspective. So, I continued looking without looking, I was only thinking about Wanda and the mystery of her message.

She had had few friends and among those was me. She knew that she hated the piano but one day she told her father that she wanted one and he gave it to her. She also bought him the beautiful one where she lived and, not to mention some of her truculent whims, her dad gave him everything. I think it was a way to compensate for her absences for business reasons and for leaving her with a governess when she was a child. Her mother was a sick and bedridden person.

I remember I visited her once when she lived with her father and while we were playing we made a lot of noise. I pointed my index finger at my lips to silence her and she responded that her father was traveling, as always, and her mother was sedated in her room. Just then the governess appeared with a jug of juice and a tray of cookies. She asked us if we had finished doing our homework and Wanda responded rudely – you don't care about that!

The lady left the room and Wanda rushed over to pour herself a glass of juice and poured one for me.

That was the first time I was in that house. Later, I went on other occasions and thus the friendship between Wanda and I grew.

I got off the bus and walked towards the alley of broken dreams. As I got closer my heart beat faster. Finally, I reached that dead end. As expected, the doors and windows were closed, the neon signs were off and the silence was only interrupted by the fallen leaves of the trees blowing in the wind.

I didn't know what I was going to look for and in a moment of anguish I thought about returning to my apartment but I calmed down and took a deep breath and began my walk towards the unknown.

It wasn't hard to see that the only thing in the middle of the alley was a pair of old shoes. I took a photo of them and continued walking. I didn't see anything else so I turned back to the abandoned pair of shoes. I leaned over to see if there was any paper on it but no. Then, with the tip of a pen that I took out of my purse, I managed to remove a small piece of paper that was inside a shoe.

My nerves wouldn't let me take out that tiny piece of paper that would give me a clue as to what was happening to Wanda.

I decided to put my hand in and grabbed the paper in one go. I immediately recognized Wanda's handwriting so I started reading.

“I had to kill him. I hated his classes and the crappy shoes he wore without the laces. I bought him several nice shoes but the bastard never wore them. He broke my dreams.”

I pressed the paper to my chest and thought of the humble piano teacher who came to Wanda's house to give her lessons.

At that point I heard a shot but I had no idea where it came from. I started running to get out of that place and I didn't stop until I caught the bus that would take me to Wanda's house. I rang the doorbell several times but no one came out. She wasn't there.

I had put the small piece of paper in my wallet and I didn't want again to read it.

I thought about my friend's life who had everything but there was someone who didn't surrender to her whims and she killed him. She couldn't live with that contempt, she was miserable!

I took a bus to go to my apartment. When I arrived I took a bath as if I wanted to wash away the events of that day.

That night I received a call from her former governess telling me that Wanda had committed suicide that morning in a house on alley number 5, it was the alley of broken dreams.

_{Fuente: Fotografía de @marcybetancourt}

LOS ZAPATOS

Wanda ha estado últimamente muy rara pero no he podido comprender por qué. Ella lo tiene todo o por lo menos eso es lo que yo pienso. Vive en una casa linda cerca del parque y un piano de cola en medio de su sala que le compró su papá de regalo cuando cumplió 12 años. Siempre lo ha tenido todo en su vida incluso los caprichos.

Hoy en la mañana recibí un mensaje de ella por el celular que me dejó algo inquieta y corroboraba mis sospechas de que algo le pasaba.

Exactamente me dijo “necesito que vayas al callejón de los sueños rotos y allí encontrarás algo que te dejé”.

Ella era una chica que no visitaba esos lugares de la gente pobre. ¿Por qué fue a ese barrio y por qué me dejó algo allí? ¿Qué me habrá dejado? Mi mente era un torbellino de ideas algunas algo nubladas pero temía por ella y además no sabía dónde ella estaba.

En vez de seguir perdiendo el tiempo con pensamientos absurdos decidí vestirme y salir al famoso callejón para encontrar lo que Wanda me había dejado.

La mañana era bastante calurosa, puede ser por el cambio climático –pensé. El callejón de los sueños rotos estaba muy distante de mi apartamento y era un lugar que no acostumbraba a visitar y supongo que Wanda tampoco.

Allí la vida nocturna era bastante agitada pero durante el día sólo eran fachadas de casas antiguas.

Agarré un autobús que me dejaría en el centro de la ciudad y a unas pocas cuadras estaba el famoso callejón. En una hora, aproximadamente, ya había hecho todo el trayecto. Durante el recorrido vi el movimiento de la ciudad. Señoras apuradas, vendedores ambulantes, jóvenes caminando juntos para ir a la parada del bus universitario, en fin todo el mundo en su rutina particular.

Yo me llevé un libro para leer pero me fue imposible, entre los huecos de las calles que hacían tambalearse al autobús y la bulla de la gente entrando y saliendo me desconcentraba a cada rato. Cerré el libro y me quedé mirando por el vidrio sucio, la ciudad se vea más triste desde mi perspectiva. Entonces, seguí mirando sin mirar sólo pensaba en Wanda y el misterio de su mensaje.

Ella había tenido pocos amigos y entre esos estaba yo. Sabía que odiaba el piano pero un día le dijo a su papá que quería uno y él se lo regaló. También le compró la bella donde vivía y, para no mencionar algunas de sus caprichos truculentos, su papá le daba todo. Pienso que era una manera de compensar sus ausencias por motivos de negocios y por dejarla con una institutriz cuando fue niña. Su madre fue una persona enferma y postrada en una cama.

Recuerdo que una vez la visité cuando vivía con su padre y mientras estábamos jugando hicimos mucho ruido. Yo le señalé con el dedo índice en mis labios para hacer silencio y ella me respondió que su padre estaba de viaje, como siempre, y su madre estaba sedada en su habitación. En eso apareció la institutriz con una jarra de jugo y una bandeja con galletas. Nos preguntó si habíamos terminado de hacer las tareas y Wanda le respondió en forma grosera –eso no te importa!

La señora salió de la habitación y Wanda se abalanzó para servirse un vaso de jugo y sirvió uno para mí.

Esa fue la primera vez que estuve en esa casa. Luego, fui en otras ocasiones y así la amistad entre Wanda y yo fue creciendo.

Me bajé del autobús y empecé a caminar hacia el callejón de los sueños rotos. Mientras me iba acercando el corazón me latía más fuerte. Finalmente, llegué a ese callejón sin salida. Tal como era de esperarse las puertas y ventanas estaban cerradas, los letreros de neón estaban apagados y el silencio sólo era interrumpido por las hojas caídas de los árboles que batía el viento.

No sabía qué iba a buscar y en un momento de angustia pensé regresarme a mi apartamento pero me calmé y respiré hondo e inicié mi caminata hacia lo desconocido.

No fue difícil ver que lo único que había en la mitad del callejón eran un par de zapatos viejos. Les hice una fotografía y seguí caminando. No vi nada más así que me devolví hacia el par de zapatos abandonados. Me incliné para ver si estaría algún papel pisado pero no. Luego, con la punta de un bolígrafo que saqué de mi cartera logré sacar un pequeño trozo de papel que estaba dentro de un zapato.

Los nervios no me dejaban sacar aquel mínimo pedazo de papel que me daría la pista de lo que le pasaba a Wanda.

Decidí meter mi mano y de un jalón agarré el papel. Reconocí inmediatamente la letra de Wanda entonces empecé a leer.

“Lo tuve que matar. Odiaba sus clases y estos zapatos mamarrachos que usaba sin una de las trenzas. Le compré varios zapatos lindos pero el desgraciado nunca los usó. Él rompió mis sueños.”

Pegué el papel contra mi pecho y pensé en el humilde profesor de piano que iba a la casa de Wanda para darle clases.

En eso escuché un tiro pero no tenía precisión de dónde había salido. Eché a correr para salir de aquel lugar y no me detuve hasta que agarré el autobús que me llevaría a la casa de Wanda. Toqué varias veces el timbre de la puerta pero nadie salió. Ella no estaba allí.

El pequeño papel lo había metido en mi cartera y no quería volver a leerlo.

Pensé en la vida de mi amiga que lo tenía todo pero hubo alguien que no se rindió a sus caprichos y ella lo mató. Ella no podía vivir con ese desprecio, fue una miserable!

Tomé un autobús para ir hacia mi apartamento. Al llegar me bañé como queriendo lavar así los hechos de ese día.

En la noche recibí la llamada de su antigua institutriz avisándome que Wanda se había suicidado esa mañana en una casa del callejón número 5, era el callejón de los sueños rotos.

Invito a @aplausos y @naylet a participar en este simpático concurso CONTEST & Winners! Choices! What will it be? #55.

Normalmente escribo en español pero en esta ocasión me he ayudado con el traductor español-inglés y con mis conocimientos para realizar esta publicación bilingüe. Espero no haber fallado mucho en la gramática inglesa la cual tengo tiempo sin utilizar en lo literario.

Muchas gracias por leerme y bienvenidos sus comentarios.

¡Saludos infinitos!

_{Los banners de esta publicación fueron diseñados por mí.}