"Konscia" era el nombre inscrito sobre el casco que me coloqué fijado sobre el asiento del gran artilugio, supe de inmediato que era lo que buscaba al leer aquella inscripción sobre la puerta que cerraba el habitáculo: "Sé lo que quieras". La máquina que podía convertirme en cualquier materia, en su núcleo la gema estabilizadora de partículas cuánticas permitía transformar mis átomos en cualquier cosa que pudiera imaginarme y enfocarme. Después de tanto tiempo explorando lugares aquel templo abandonado sería el testigo del acontecimiento mas ansiado de mis últimos años.

Una sobrecarga de estímulos tan grande invadía todos mis sentidos, mi cuerpo, mis pensamientos, mi vida parecía llenarse de todo y de nada simultáneamente, el tiempo se detuvo, ese día, para mí. Esa especie de ceguera por exceso de sensaciones fue interrumpida por una voz, era muy suave y amable, creo que fue la causante de una profunda tranquilidad que se adueñó de mí para poder escuchar lo que cambió todo mi mundo.

"Has elegido ser algo que no tiene marcha atrás, lo que llamas Konscia, es un portal a todas tus realidades, genera una copia de cada partícula de tu cuerpo como un punto de retorno a la realidad que experimentas a la cual regresar después de que decides viajar a ser otro pedazo de tu universo. Elegiste convertirte en otro guardián del cosmos al querer ser omnisciente, otra vida para ti comienza... ahora."

Una búsqueda me llevo al viaje mas inesperado, ser un guardián del cosmos y mi encuentro con todos mis universos.

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Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 - Semana 6 - El día que el tiempo se detuvo