En diciembre, en víspera de navidad, cada quien cuenta los días para salir de vacaciones colectivas a diferentes lugares del país o al extranjero para reunirnos con lo más bello que nos da Dios en la vida, el tener la dicha de compartir con mucha alegría de la unión familiar, y con quienes no nos vemos durante el año, con los amigos que pasan hacer una parte de nosotros, dejando a un lado y atrás las diferencias.

Nos dejamos llevar del entusiasmo al sentir la música que escuchamos en las emisoras y en los locales, los villancicos, nuestras gaitas y parrandas que nos hacen mover el esqueleto con soltura y sabrosura. Se prenden las rumbas en algunos lugares, los que están solitos, aprovechan las fiestas para ir a la conquista de un romance, donde en los bailes, los roces y flirteos fluyen con las esperanza de que vengan a sus vidas un gran amor para el comienzo del nuevo año, nos entregamos a las ilusiones y sorpresas, por un año mejor que el anterior, con todas las emociones desbordadas vemos los espacios llenos de alegría, con el gran alboroto de las compras y regalos buscando entre las tiendas lo que vamos a regalar a nuestro niños, amigos y familiares, lo que está en tendencia, de moda, queremos comprar para los estrenos del 24 y 31.

Otros, piden un milagro con la mirada al cielo para realizar sus sueños. Con lo poco que tienen, se disponen a llevar la alegría y pasar la noche junto a sus vecinos con gran algarabía de las fiestas decembrinas, y así se pinta de matices la navidad, unos van riendo y otros van llorando, como lo dice la canción de Billo Caracas Boys.

Solo digo que le demos rienda suelta al amor puro y verdadero, disfrutar a lo grande con la familia y amigos las experiencias diarias de la vida, ya que todos los días de Dios son perfectos y seguir disfrutando de todas sus maravillas, para que cada uno de nosotros llenemos de gozo nuestros corazones, por un mundo mejor lleno de compasión, y que cada quien se convierta en un Santa Klaus para regalar y cubrir las necesidades de los más desvalidos durante todo el año, sin esperar un 24 o 31 de diciembre para llevar la alegría y ser parte de la felicidad del otro.

Les deseos a todos los lectores felices navidades y que la bendición de Dios recaiga en cada uno de sus honorables hogares.