Dos de los grandes amores de mi vida

Ella es mi tía Atenas, la mayor de 10 hermanos. Nació en Italia, producto del amor a primera vista entre mi abuelo Gregorios Markov y mi abuela Mariana Wicheropp, un griego y una alemana que se conocieron en un refugio para desplazados por la Segunda Guerra Mundial.

Mis abuelos decidieron emigrar a Venezuela cuando ella apenas tenía 14 meses de nacida. Con los años mi tía se convirtió en la mano derecha de mi abuela, la ayudo a criar a sus nueve hermanos y al igual que ellos batalló los trastornos psicológicos que sufrió mi abuela producto de la guerra.

Mi tía se casó y tuvo dos hijos, pero el matrimonió fracasó y terminó divorciándose. Luego se volvió a casar, esta vez con mi tío Pedro Mujica, con quien tuvo seis hijos. Ambos criaron a todos sus hijos sin diferencias y con el mismo amor. Para los hijos mayores de mi tía Atenas su padre, en todo el sentido de la palabra, fue mi tío Pedro.

Mi tía se dedicó al negocio de la costura y mi tío trabajó como mecánico reparando carros, hasta hace unos años cuando murió.

Atenas ya tiene 71 años y aún sigue trabajando la costura, tiene sus clientas de muchos años quienes van de vez en cuando a pedirle una nueva confección. Por lo general en su casa siempre hay la presencia de alguno de sus 19 nietos, bisnietos de mis abuelos, en esta oportunidad cuando la fui a visitar estaba mi primita Aishany, una preciosura, a la que hemos apodado como la Piber Valderrama, por el parecido de sus cabellos a los del futbolista.

Estábamos conversando en la sala de su casa, muy cómodas cuando le pedí que por favor me dejaran tomarle una foto con mi celular Samsung Galaxi SIII, ellas sin dudarlos decidieron posar con su mejor sonrisa. Yo, decidí incorporarle un filtro para resaltar la belleza de sus rostros y las líneas de expresión que representan los años de mi tía.

Ella es una segunda madre para nosotros, visitarla es un placer, está al día con las noticias y lo mejor, sabe usar Instagram, Facebook y Twitter. En un momentico se pasea por las redes, tiene una vitalidad tremenda. Ella es la tía más hermosa que me ha regalado Dios.