Una tarde inusual, mientras Aranza trabajaba en su proyecto, un hombre de tez morena y de cejas gruesas hacia su aparición en la oficina. Cuando se iba la luz por problemas en la ciudad, el hombre rondaba por los rincones del lugar tratando de llamar la atención. Aranza era una joven emprendedora que no le temía a nada. Era muy confiada y segura así que mientras observaba la sombra no le tenía miedo y no le prestaba atención.

Las tornas cambiaron cuando un día se apareció Aranza en la oficina, observando del techo caer gotas de sangre. Desesperadamente fue corriendo a buscar al personal de seguridad a ver que era lo que pasaba. Para su sorpresa no había nada sólo la mancha de sangre. Mientras transcurría la tarde, escucha unos pasos por la puerta donde quedaba su oficina y entra en pánico. Se levanta con valor de su puesto y sale de su oficina pero, no ve ni el rastro de la sombra. Cuando voltea se da cuenta de que el hombre estaba sentado frente a ella con un cuchillo pero totalmente diferente. Se había transformado en un sujeto con un rostro más joven y de piel blanca. Le dijo unas palabras espeluznantes que si no abandonaba la oficina iba a ser devorada por él. Ella lo reconocía por su voz y sentía que su aroma era el mismo.

Aranza decide retirarse de su puesto molesta con un sabor amargo y explicándose porque debía abandonar el lugar.

A la mañana siguiente su rostro lucia más tranquilo.

Fin

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