¿En qué consiste una entrevista para historia clínica?
¿Qué implica su realización?
¿Cómo realizarla?

El encuadre terapéutico, como se vio en una publicación anterior, implica el establecimiento y mantenimiento de ciertas variables como constantes que permitan esclarecer los parámetros y límites del rol del entrevistado y entrevistador dentro de la labor terapéutica.

En esta ocasión, se hará una revisión de aquellos elementos a tener en cuenta al momento de realizar la entrevista para historia clínica, la cual constituye el primer paso a dar en el marco de la labor terapéutica.

La entrevista para Historia Clínica (HC) es realizada con el propósito de comprender a fondo los antecedentes del paciente y del contexto histórico y de desarrollo en que surgió un problema (Trull y Phares, 2003).

De acuerdo con Navarro (s.f.) los objetivos de este proceso son: conocer a la persona, crear y mantener la relación interpersonal, comprometer al paciente y llegar a un diagnóstico (psicopatológico, conductual, emocional, relacional, etc.).

Cabe acotar que, la entrevista para HC puede realizarse de forma estructurada o libre; las entrevistas estructuradas (recomendadas para investigaciones) suelen abarcar una mayor variedad de síntomas, sin embargo, pueden perder de vista información personal valiosa del sujeto; en contraparte, las entrevistas libres (recomendadas en la práctica clínica), permiten recaudar mayor información socioemocional de la persona.

Una buena entrevista para HC debe contener entonces, "partes centradas en la obtención de datos específicos y otras partes dirigidas a conseguir información personal significativa" de la persona (Navarro, s.f.).

En cuanto a la duración, debe tenerse en cuenta que una sola sesión resultará insuficiente para la recolección de toda la información pertinente, asimismo las sesiones no deben extenderse de 50 minutos, o resultará excesivo y agotador.

Existen algunos casos en los que, por sus características, las entrevistas tienden a ser breves: pacientes poco colaboradores, depresivos, estuporosos o agitados, lo cual puede dificultar y alargar el proceso (Navarro, s.f.). Por otro lado, el estilo personal del terapeuta, su interés científico y la curiosidad personal, pueden influir también en la duración del proceso de recolección de la HC.

Esta fase contiene la recepción del paciente, conocer el motivo de consulta, sobre todo conseguir que el entrevistado esté a gusto para aportar su cooperación desde el primer momento (Navarro, s.f.). Aunque parezcan múltiples aspectos, la duración de esta fase suele estar entre 2–5 minutos. A continuación, tomando como base la autora citada, se darán algunas pautas a tomar en cuenta durante esta fase.

Actualmente el primer contacto que se da entre el psicólogo y el cliente suele ser vía telefónica, sin embargo, en este apartado se hará referencia a cómo recibir al paciente en el primer encuentro presencial.

En primer lugar debe tenerse en cuenta que el saludo debe ser natural y adaptado a las expresiones del paciente, lo cual implica por ejemplo, no saludar sonriente a un sujeto que llega a la consulta llorando. Asimismo, se ha de evitar el exceso de cortesía, dado que el encuentro terapéutico no es una reunión social.

En cuanto al lugar donde tomará asiento el paciente, existen acá dos posturas: algunos terapeutas tienden a señalar con palabras y gestos dónde debe sentarse la persona, mientras que hay otros profesionales que consideran de mayor utilidad observar la espontaneidad del paciente y dónde elige sentarse.

Una vez la persona ha tomado asiento, es recomendable dejar transcurrir unos segundos antes de iniciar la entrevista, lo cual permite al paciente tener la oportunidad de adaptarse y normalizar la situación.

Al momento de iniciar con la entrevista es importante que el terapeuta preste atención a la entonación con la que habla, ya que esto puede llegar a ser una herramienta útil para demostrar interés y generar empatía con el paciente.

Por otro lado, lo primero que suele indagarse son los datos de identificación de la persona que acude a consulta y que son imprescindibles, tal es el caso de la edad, la dirección, su ocupación y con quién vive actualmente.

Recaudados estos datos, inicia la tarea de entrevista para HC. Navarro (s.f.) sugiere iniciar con preguntas de respuesta fácil que no resulten amenazantes para el entrevistado, manteniendo las interrogantes abiertas. Cabe señalar que la pregunta inicial no debe ser mecánica ni estereotipada.

Cabe resaltar que pueden presentarse casos donde el paciente manifiesta no saber por dónde empezar o qué decir, ante lo cual Navarro (s.f.) recomienda usar frases que disminuyan la pasividad del sujeto. En cuanto al terapeuta, éste ha de prestar especial atención a la línea de tiempo del discurso del paciente, ya que en ocasiones no se presenta de forma lineal, alternando hechos del pasado y del presente.

Por último pero no menos importante, tener en cuenta que la primera queja emitida por el entrevistado como motivo de consulta, no siempre es la verdadera.

Cuando el paciente es referido por otro profesional llegará a la consulta, en la mayoría de los casos, con documentos que contienen la información de su experiencia previa. Ante estas situaciones es recomendable dejar que sea el paciente quien narre el antecedente, sin desatender el material que traiga, el cual podrá revisarse minuciosamente en otro momento para no restar atención al momento presente (Navarro, s.f.).

Por otra parte, es normal que un persona sienta ansiedad por el sólo hecho de acudir a un psicólogo o terapeuta. La autora previamente citada indica la conversación sobre temas sociales como un recurso del terapeuta para disminuir tal ansiedad, sin embargo, no debe obviarse el contexto sociocultural a la hora de emplear tal estrategia.

Asimismo, el profesional tendrá que mantener bajo control su propia ansiedad durante el inicio y desarrollo de la entrevista, siendo esto vital para no incurrir en posibles errores de esta fase como: abordar temas de contenido sexual de entrada, brindar falsas expectativas al paciente o realizar tempranos intentos de traer tranquilidad logrando el efecto contrario.

La fase inicial de la entrevista para HC es de corta duración en el tiempo y amplia importancia en sus elementos, ya que permite marcar la pauta bajo la cual se desenvolverá el resto del encuentro. No hay que olvidar que desde el recibimiento hasta la pregunta inicial, el estilo personal del psicólogo jugará un papel relevante al imprimir autenticidad en su lenguaje verbal y no verbal.

Como en toda disciplina, la práctica será fundamental para el desarrollo de las habilidades de entrevistador que requieren la tarea de recaudar los datos de la HC. Para concluir, se invita a los lectores a estar atentos a la publicación de la segunda parte de esta trabajo, donde se abordará la fase intermedia y final de la entrevista con sus respectivos elementos fundamentales.

_{Navarro, B. (s.f.) La Entrevista Clínica I Material para Formación de Residentes en Psicología Clínica de la Universidad de Córdoba}

_{Trull, T. y Phares, J. (2003) Psicología Clínica. Conceptos, métodos y aspectos prácticos de la profesión. 6ta Edición. México: International Thomson Editores, S.A.}

_{Portada:
Elaborada por mi en Power Point 2016 a partir de las imágenes cortesía de Gerd Altman en Pixabay y cortesía de Stux en Pixabay}

<sub>Imágenes del Cuerpo en orden de aparición:
* Primera: Elaborada por mi en Power Point 2016.
* Segunda: Fotografía de mi autoría.
* Tercera: Elaborada por mi en Power Point 2016.
* Cuarta: Imagen cortesía de Maklay62 en Pixabay</sub>