Dejando apenas un pequeño fragmento de la contundente montaña de hechos y cifras que sustentan la imperante necesidad de accionar para promover la sensibilización respecto a la violencia contra la mujer, quiero centrar este post en parte de mi experiencia con la investigación de este fenómeno, generando probablemente más preguntas que respuestas, y si logro que reflexiones un poco sobre el tema, me daré por bien servida.

Para ello quiero invitarte en primer lugar, a leer las siguientes situaciones:

• ^{Una mujer siendo agredida físicamente por parte de su cónyuge, pareja o amigo.}
• ^{Una mujer recibiendo comentarios negativos respecto a su apariencia física por parte de su pareja, amistad o familiar: “Estás gorda”, “Deberías intentar lucir como…”.}
• ^{Una mujer siendo agredida físicamente por parte de algún familiar.}
• ^{Que la pareja de una mujer la cele obsesivamente o le prohíba salir con amistades o a reuniones: “No quiero que salgas más con…”, “Si yo no voy, tú tampoco”.}
• ^{Cuando una mujer recibe comentarios lascivos relacionados con sus atributos físicos o forma de vestir en la calle: “Mamacita, tu si estás buena”, “¿Para qué te pones esos shorts si no quieres que te vean?”.}
• ^{Que una mujer mantenga relaciones sexuales con su pareja por obligación: “Dale, uno rapidito”, “No me vengas con que te duele la cabeza o estás cansada”.}
• ^{Cuando la pareja controla o priva de recursos económicos a la mujer.}
• ^{Que la familia limite, controle o aísle socialmente a una mujer: “Tú no tienes nada que hacer en la calle”, “Una mujer decente se queda en su casa”.}
• ^{Que una mujer reciba agresiones verbales de parte de la pareja o alguna amistad: “Tú si eres bruta”, “Perra estúpida”.}
• ^{Cuando la edad, el estado civil y una buena presencia son requisitos para que una mujer pueda optar a un cargo: “¿Tienes pareja actualmente? ¿Piensas casarte o tener hijos pronto?”.}
• ^{Que los medios de comunicación, artísticos y las redes sociales transmitan mensajes de desigualdad social entre hombres y mujeres: Reguetón}

El año pasado, tuve el privilegio de tutorar a dos estudiantes (ahora colegas) en su trabajo de grado denominado “Diseño de un instrumento psicométrico para la valoración de los factores de riesgo que promueven la violencia de género hacia las mujeres venezolanas” (Refunjol y Rivero, 2017), el cual estuvo dividido en 4 fases. En la primera de ellas, que es en la que me centraré de momento, se buscó identificar las conductas, sentimientos y pensamientos que poseen las mujeres entre 18 y 45 años, víctimas de violencia de género.

Para ello, se entrevistaron a 12 mujeres que acudieron a cierto modulo policial para asentar una denuncia como víctimas de un suceso violento, encontrándose que 8 de ellas no tenían una noción clara de qué era la violencia de género, aludiendo que se trataba de algo que escucharon alguna vez en su vida, pero sin recordar nada concreto al respecto.

Parece ser que los esfuerzos para propagar la información sobre la violencia contra la mujer, en busca de prevenirla, presentan una deficiencia y no están llegando a todas las personas, o quizás ¿las personas no se interesan en ello? La educación sobre la Violencia de Género se encuentra así inmersa en un área gris, dónde cada día hay más datos que no generan el impacto suficiente.

^{Por cierto, todas las situaciones expuestas arriba, constituyen comportamientos de violencia contra la mujer. ¿Lograste identificarlos? De no ser así, te invito a conocer más sobre este fenómeno, el conocimiento es poder, en este caso, el poder de cuidar de ti y de los que amas.}

Percepción sobre la Mujer Venezolana a los Ojos de las Víctimas

Refunjol y Rivero (2017) a través de sus entrevistas, observaron que las mujeres víctimas se identificaban a sí mismas como luchadoras, lo cual podría considerarse como un elemento positivo, sin embargo, este era el sustento bajo el cual estas mujeres desarrollaban conductas de sumisión, apoyadas en la creencia de que la mujer venezolana es capaz de soportar y aguantarlo todo, incluso las peores situaciones.

Asimismo, ellas exacerbaban la capacidad de colocarse en último a plano a sí mismas con tal de preservar el bienestar de sus hijos, lo cual podía motivarlas incluso, a minimizar los hechos violentos sufridos.

Por otro lado, el estereotipo de “la mujer en la casa” se hizo presente en las manifestaciones de las entrevistadas, quienes referían que el lugar de la mujer es dentro del hogar, cuidando de los hijos y la pareja, dejando de lado aspectos tanto laborales como académicos. Esto demuestra que aún con los avances y el terreno ganado hoy día para la mujer en las oportunidades de estudio y trabajo, aún persiste el sistema de creencias que fomenta la restricción para el crecimiento individual de las mujeres, favoreciendo la dependencia hacia otros, y constituyendo un factor de riesgo a padecer violencia.

Estos hallazgos, se realizaron obviamente sobre la base de testimonios de 12 mujeres, lo cual es un tamaño de muestra pequeño en el ámbito de la investigación, pero no por ello pierde o disminuye el valor de lo encontrado. Te pregunto:

¿Has escuchado a tu alrededor comentarios o anécdotas con contenidos similares?
¿Qué opinas al respecto?

Mucha tela hay para cortar sobre este tema, diversos hechos, opiniones, estudios, hipótesis, muchos intentos de prevención y demasiadas víctimas. Todos los seres humanos en este planeta, hombre, mujeres, niños y niñas, merecen llevar una vida libre de violencia, sin embargo ¿cuántos están trabajando para lograrlo?

El tema de las Naciones Unidas para promover los 16 días de activismo contra la violencia de género este 2018 (del 25 de noviembre al 10 de diciembre) es “Pinta el mundo de Naranja: #EscúchameTambién”. Bajo esa etiqueta buscan darles protagonismo a las voces de las sobrevivientes, mujeres y niñas, además de aquellas personas que luchan por los derechos de las mujeres día tras día.

Cómo decían las estadísticas, 1 de cada 3 mujeres en el mundo han sido víctimas de una agresión en algún momento de sus vidas, y en el caso de Venezuela, 4 de cada 10 mujeres ha vivido o vivirá está dolorosa experiencia. Yo ya la he vivido, y en ese momento ni siquiera sabía que estaba sufriendo una situación de violencia.

Las cosas son así: para que un acto violento se lleve a cabo impunemente se requieren 3 elementos: un agresor, una víctima, y unos observadores pasivos.

¿Cómo hacer la diferencia? No seas más un observador pasivo, forma parte del sistema de prevención de estos sucesos, se proactivo, contribuye a la sensibilización y denuncia de esta terrible realidad.

¡No más Violencia contra la Mujer, simplemente, No más Violencia!

_{Información de Interés:}

• _{Violencia contra las Mujeres: Hechos que todo el mundo debe conocer}
• _{En la mira: Pinta el mundo de naranja, #EscúchameTambién}
• _{Declaración de la eliminación de la violencia contra la mujer}
• _{Refunjol, C. y Rivero, A. (2017) Diseño de un instrumento psicométrico para la valoración de los factores de riesgo que promueven la violencia de género hacia las mujeres venezolanas. Publicación interna. Universidad Arturo Michelena: San Diego, Venezuela}

_{Fuente de las Imágenes:}

• _{"Mirando la Realidad" Imagen bajo Creative Commons CCO de Pixabay}.
• _{"La violencia en hechos", adaptada por mi a partir de la Imagen bajo Creative Commons CCO de Pixabay}.
• _{"Pinta el mundo de naranja" y "#EscúchameTambién", adaptaciones heh¿chas por mi a partir de las Imágenes proporcionadas por ONU Mujeres para la promoción del movimiento en redes sociales.}
• _{Separadores hechos por mi con Paint 3D y Power Point 2016.}

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