Cuenta la leyenda que en épocas de la colonia en las regiones venezolanas, ¡Llano adentro! Vivía una hermosa mujer llamada Casilda.

    Casilda siempre había sido muy celosa y estaba casada con un maravilloso hombre, hogareño y trabajador, llamado Casimiro, quien era incapaz de engañarla y, con el tenia un bello bebe de 9 meses de edad. Ella vivía celándolo constantemente de todo, ¡Hasta de su propia madre! Por lo que su madre le decía: 

- Déjate de eso Casilda, deja esos celos, eso no te hace bien mujer, Casimiro es un buen hombre y te quiere…

    Pero ella hacía caso omiso a su madre quien la ayudaba en los quehaceres de la casa y a cuidar a su bebe. Su madre vivía a unas cuantas casas de ella. Casilda acostumbraba a caminar por el pueblo hasta llegar al rió y bañarse en sus aguas cristalinas, pero en el pueblo había un hombre a quien apodaban Burro Tuerto, de malas mañas, mentiroso y mujeriego ¡enamoradísimo de ella! Quien siempre se acercaba a su casa con chismes, haciéndola poner celosa con su marido.

Desde ese entonces su alma en pena, vaga sin descanso, ni paz y los lugareños del pueblo cuentan sobre la aparición de una hermosa y seductora mujer, elegante y esbelta, de largo cabello negro, vestida con un sayal blanco, que persigue y enamora a los hombres mujeriegos y parranderos, hablando con ellos les pide que les encienda un cigarrillo y una vez estos al dejarse llevar por su hermosura y elegancia, caen en sus redes, hasta que los hace ver su verdadero rostro espectral de la propia muerte, acompañada de un grito espeluznante que se puede oir a distancia y que eriza los pelos de quien lo oye…

El Hombre aterrorizado al ver esa horrenda cara trata de huir, corriendo de un lado a otro, pero ella lo acosa desdoblándose haciéndose mas grande, con dientes afilados, ojos brotados, brazos y piernas alargadas con uñas desgarrantes...

Deformándose constantemente toma la forma espectral de esqueleto con dientes afilados, de león enfurecido y de lobo o perro rabioso, de repente hecha ese grito espeluznante que penetra hasta los huesos, paralizándolo por un instante, llevándolo a la locura y provocándole posteriormente una horrenda muerte, ya sea con un infarto inminente o calleándose por un barranco sin piedad alguna”

    De esta forma la leyenda se hacia oir en todo el territorio venezolano, hasta las fronteras con Colombia, siempre acompañada de la música folklórica venezolana como Alma Llanera, canciones narrativas, o de contrapunteo, a primeras horas de la mañana cuando se iban a la jornada de trabajo o a las escuelas o cuando caia la tarde y llegaba la oscuridad, oyéndose aquellos gritos espeluznantes que te erizan los pelos y te provoca salir corriendo por aquellas calles hasta llegar a la escuela, trabajo o casa. ¡¡Asi que! Mis steemianos enamoradisos piénsenla bien antes que les salga La Sayona!!..  Jajaja hasta la próxima leyenda.