República Checa: Abajo el Comunismo, ¿Viva el Amor?

El Gobierno de la República Checa ha respaldado las leyes de legalización del matrimonio para parejas del mismo sexo, y el país se prepara para ser el primero de la unión europea que haya atravezado el comunismo y haya legalizado el matrimonio igualitario.

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Después de 12 años de constante lucha, luego que una ley de 2006 permitiese a las parejas del mismo sexo entrar en concubinato de manera legal, ya las leyes que garantizan el matrimonio igualitario están mucho más cerca de ser aprobadas.

Esta movida se ejecuta a menos de un mes que la La Corte de Justicia de la Unión Europea estableciera que los países miembros de la Unión Europera que no hubiesen legalizado el matrimonio del mismo género, deberán respetar el derecho de residencia de las esposas del mismo sexo que deseen vivir en sus territorios.

Marek Vyborny del KDU - CSL, uno de los opositores más fuertes de la reforma, declaró lo siguiente: "Mantengo la opinión de que el matrimonio es una especie de valor básico, el cual no debería sucumbir ante la volatilidad".

Uno de los legisladores que ayudó a escribir la reforma, Radka Maxova, declaró que "El principio fundamental de esta enmienda es ofrecerle a las parejas del mismo sexo y a sus hijos la misma dignidad y protección a la vida familiar que las esposas (heterosexuales) y sus hijos ya disfrutan".

Czeslaw Walek, fundador, CEO y presidente de la Asociaión de Praga del Orgullo Gay dijo en una declaración a la prensa sueca que "Creemos que es justo que los gays y lesbianas se puedan casar en la República Checa", agregando que "en conjunto con una diferencia simbólica, hay un número de diferencias reales entre el matrimonio y la comunión. Cuando hablamos con personas y les empezamos a explicar las diferencias, sus ojos se abren de par en par y dicen que no es justo".

Las opiniones son diversas, pero sin ninguna defenza fuerte que apoye el status-quo, la legislación parece triunfante; aunque aún deberá pasar por una última prueba de fuego: necesitará la mayoría simple para que la legislación pueda ser pasada al parlamento de 200 puestos, mientras que aquellos en contra deberán implementar un cambio constitucional definiendo el matrimonio como "la unión de un hombre y una mujer".

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