Me duele: el brío y el amor de la libertad

Me duele, veo el rojo de mi bandera y al mismo tiempo veo la sangre derramada de miles que han perdido la lucha, pero no quiero hacer una critica de la situación, ¡oh no!, eso no, ¿por qué hacer una critica de una situación que ya es critica por naturaleza?

Me duele pisar tu tierra y no arreglar lo que mies pies han dañado a su paso. No me molesta lo que has hecho de nosotros, me molesta lo que nosotros hemos hecho de ti; burla, dolor, sufrimiento y los demás absurdos de la vida. Me duele ver el rojo porque nosotros te hemos hecho sangrar a ti, tal vez como castigo por todo lo que nos has hecho perder.

No quiero hacerte la victima, porque para victimas nosotros... para victima la naturaleza, porque vaya que a ella si la hemos destruido.

Voy a "darle la vuelta a la tortilla". No veo el rojo de mi bandera como sufrimiento, lo veo como la pasión desbordante de un prócer ilustrado, arrimado al alma de un romántico, que se atrevió a plasmar el color rojo de unos labios en algo que, mas adelante, se convertiría en el símbolo de una nación; seamos todos ese hombre apasionado y veamos el rojo como algo sentimental, hasta sexual si así se prefiere, en lugar de algo relacionado con el terror y la penumbra.

Amarillo, azul y rojo... Con esto no pretendo decir que no sucede nada, al contrario, sucede todo y es por eso mismo que les digo, queridos compañeros que hoy están lejos... ¡Gritemos con brío, carajo!, aún no nos han acabado. Tal vez debamos nosotros terminar con ella, para así poder darle el nuevo comienzo que tanto se merece...

Me dueles, pero es solo porque he aprendido a amarte...

Que nuestra bandera no sea el cliché de una historia mal enseñada: amarillo por las riquezas, rojo por la sangre de los héroes caídos y el azul de nuestras aguas...

Los invito a que nuestra bandera sea la representación del alma de un hombre enamorado, de un ser que ha decidido torturar su Psique tomando el camino ciego de Eros: Amarillo por el hermoso cabello, rojo los los labios carnosos y azul por la mirada penetrante de aquella mujer que atrapa corazones independientes...