“La monogamia es una forma de entender el amor, un estilo de amar en el que existe un compromiso de dos personas en un vínculo de exclusividad que se opone a la poligamia.
La monogamia hace referencia a esa exclusividad durante el tiempo que dura la relación. Una reciprocidad desde el punto de vista emocional y sexual. Por tanto, la fidelidad es un valor fundamental en este vínculo afectivo”.

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Como se puede apreciar el valor de la fidelidad, de serle fiel exclusivamente a una persona, está dentro de un contexto cultural y religioso. Y dentro de ese contexto cultural y religioso se valora la fidelidad y se rechaza la infidelidad, porque es vista como traición y violación al pacto de exclusividad emocional y sexual entre la pareja.

Este pacto, que muy pocas veces está explicitado, suele ser tácito en la mayoría de los casos y en él, ambos miembros de la pareja acuerdan frecuentemente mantener un vínculo de exclusividad afectivo y sexual. Al romperse o incumplirse ese contrato entre los miembros de la pareja, se pone en cuestión la confianza y la palabra empeñada, dañando la relación.

A pesar de los condicionamientos culturales y religiosos, sobre la monogamia, que implica ese pacto de exclusividad afectivo y sexual entre la pareja; hay otro condicionamiento cultural que sobresale y se impone: que es el machismo. El hombre machista se opone a la monogamia, asume que la mujer es de su propiedad; y su ego y creencias lo llevan a asumir que tiene derechos exclusivos de tener todas las mujeres que le plazca.

El machismo es la creencia que sostiene que el hombre es superior, por lo tanto, la mujer debe estar sometida a sus reglas, caprichos, intereses, gustos, metas, sueños…

Dentro de las manifestaciones del machismo se encuentra la infidelidad. Porque desde la niñez se le vive repitiendo al varón: “el hombre es de la calle”; “el hombre es un cazador de mujeres”; “Mientras más mujeres tengas, más hombre eres”; “el hombre es un eterno soltero, porque quien se casa es la mujer”… A la mujer desde su niñez se le dice: “La mujer es del hogar”, “tú debes serle fiel a tu marido en las buenas y en las malas”, “te casas para toda la vida”…

Es bien sabido que el ser humano actúa en base a sus creencias, por ello es que los estudios sobre la infidelidad, siempre los hombres son los que presentan un porcentaje más alto de ser infieles.

Independientemente de los condicionamientos culturales y religiosos, como la infidelidad es un hecho que viven y enfrentan la mayoría de las parejas, pienso que es pertinente e importante hacernos la siguiente pregunta:

1. La infidelidad está relacionada con la ausencia de compromiso: Cuando se habla de COMPROMISO se refiere a haber tomado conciencia e internalizado el alcance de nuestra palabra dada y decisiones tomadas. Por ello, el compromiso transforma una promesa en realidad, una palabra en un hecho. El compromiso es acompañado de la acción diaria, sin vacilaciones; implica cumplir con lo prometido incluso en situaciones adversas. Cuando no hay compromiso, la palabra dada y cualquier elección tomada, se convierten en trivialidades sin importancia y sin trascendencia.

2. La infidelidad cultiva la desconfianza en la relación de pareja: Si hay un VALOR que nutre y fortalece una relación de pareja es la CONFIANZA. La confianza le da vida, salud y lozanía a la relación. La desconfianza, por el contrario, cultiva resentimiento, negatividad, problemas constantes, persecución, fiscalización… Todo motivado a las constantes mentiras, que los infieles se acostumbran a decir, de manera sistemática y habitualmente.

3. La infidelidad es una de las principales causas de separación de las parejas: porque la persona afectada por la infidelidad siente que fue traicionada en su buena voluntad, irrespetada, humillada en su dignidad, experimenta que sus sueños y proyectos de vida en pareja fueron pisoteados… Aunado a la desconfianza cultivada, problemas cotidianos, cultivo del resentimiento, mentiras constantes… Muchísimas parejas, que viven esta realidad, no aguantan y deciden separarse.

4. La infidelidad afecta negativamente a los hijos: La gran mayoría de infieles, jamás se les pasa por su mente las consecuencias nefastas que sus acciones tienen en el desarrollo emocional, espiritual y físico de sus hijos, a pesar que vociferan en todos lados que “los aman con todo su ser” y que “darían la vida por sus hijos”. El hijo sufre al ver a su madre o padre sufriendo, llorando, sumergido en la amargura, desilusión… Lo más grave, es que muchísimos hijos experimentan estas realidades en su niñez, en pleno desarrollo de su identidad y autoestima, quedando marcados, por lo general, para toda su vida. Los hijos crean resentimientos y rechazos profundos, motivados por la infidelidad y sus consecuencias en la vida del grupo familiar y en la propia. Resentimientos y rechazos, que la gran mayoría nunca enfrenta ni supera.

5. Una persona infiel jamás puede construir una familia sana y extraordinaria: porque su foco se encuentra disperso. El foco tiene que ver con el lugar donde se encuentra nuestro corazón. Se refiere a dónde se dirige nuestra energía, emociones, pasión e intereses. Si el foco no está focalizado, lo que se haga se hace a medias, sin dar el ciento por ciento, sin dar y brindar nuestra mejor versión; en consecuencia se le da cabida a la desatención. Y una relación de pareja y de familia desatendida, comienza a languidecer y paulatinamente va muriendo el amor, el deseo, la pasión… El adagio popular dice: “Quien atiende dos señores, con alguno queda mal”. Es probable, que dicho refrán no aplique para algunas cosas, pero en el tema que se está desarrollando sí aplica. Si se quiere una relación de pareja y de familia sana, armoniosa y extraordinaria, hay que poner el foco en ello, sin vacilaciones ni distracciones; y con plena seguridad, la cosecha será una maravillosa relación de pareja y una extraordinaria familia.



El firme propósito de este post es llamar a la reflexión y acción. Es bien sabido, que la relación de pareja y de familia es una fuente de dicha o infelicidad, todo depende de lo que sembramos y cultivamos cada día. No se trata del destino o del azar, solo se trata de nuestro compromiso, decisiones y acciones. Así que asume el rol protagónico que tienes en la construcción y cultivo de un hogar virtuoso, armonioso, extraordinario y sano.

Los links de los post anteriores:

• Enemigo 1: https://steemit.com/spanish/@hectoeli/enemigos-de-la-armonia-de-las-relaciones-de-pareja-enemigo-1-12

• Enemigo 2: https://steemit.com/spanish/@hectoeli/enemigos-de-la-armonia-de-las-relaciones-de-pareja-enemigo-2-12

• Enemigo 3: https://steemit.com/spanish/@hectoeli/enemigos-de-la-armonia-de-las-relaciones-de-pareja-enemigo-3-12

• Enemigo 4: https://steemit.com/spanish/@hectoeli/enemigos-de-la-armonia-de-las-relaciones-de-pareja-enemigo-4-12

• Enemigo 5: https://steemit.com/spanish/@hectoeli/enemigos-de-la-armonia-de-las-relaciones-de-pareja-enemigo-5-12