Los Saparos son seres extraños que habitan bajo el agua, en los pozos, caños y lagunas venezolanas. Se llaman así por su aspecto de hombres-sapos, con un rostro casi humano y cuerpo de batracio, y también por su condición anfibia, es decir, que pueden vivir dentro y fuera del agua. Los Saparos tienen su reino en el fondo de los lagos, pozos y jagueyes. Allí, bajo las aguas mas tranquilas, existe el Rey Saparo. La Reina Sapara, los príncipes, las princesas y toda la corte Sapara.

No se interesan mucho en conquistar a los humanos, porque les tienen temor, pero si se les ha visto curiosear por nuestro mundo, asomarse por ventanas, o a cercar sus ojos asombrados a las curiaras y canoas, para ver de cerca a los navegantes que pasan sobre sus pueblos sumergidos.

Cuentan que una mujer fue a bañarse en un jaguey, al sur de Monagas. Los jagueyes son pequeños ojos de agua o manantiales de alguna profundidad. Con una totuma la mujer sacaba agua del pequeño pozo y se la derramaba encima, para refrescar su cuerpo del calor de aquella tarde. En una de esas, se acerco demasiado al jaguey, y entonces vio la cara de un Saparo de largas barbas que le sonreía amigable, desde el fondo del agua. Por supuesto, que la mujer casi se muere del susto y, desde entonces, no se baño nunca mas en pozos o lagunas.

En Japón y otros países asiáticos se habla de los Hombres-anfibios, personajes muy parecidos a los Saparos venezolanos.

Historia tomada de Vuelven los Fantasmas Editorial Monte Avila Editores Latinoamericana

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