Concurso de Fotografía Cervantes: 2da Entrega

Cuando llega la calma

¿Y dónde reside? ¿Dónde estaba?
¿Alguien le esperaba? ¿O llega sólo para quien le busca?
¿Por cuál puerta entra?

Busco la manera de sentirla para saber si está presente o no, pero el bullicio de la ciudad, la gente y el entorno no me lo permiten. Escapo a un sitio tranquilo y apartado pero mi mente no calla, mi corazón tiembla y mi cuerpo duele. Entonces puedo notar que la calma o su ausencia no residen en el entorno, ni en los demás, por lo menos no para mí.
Respiro, inhalo y siento, exhalo y suelto y simplemente la serenidad en mí me deja verla, paulatinamente, me dejo ver y ella se deja ver, se deja sentir y se cuela como se cuela la luz de la luna entre lo oscuro de la noche, entre las casas, los árboles y una vez que está en mí, yo hago lo mismo, me cuelo entre ella toda, me fundo con ella y ella conmigo, en fusión perfecta y somos... ambos somos Calma.