Relatos de la infancia: La Bruja sobre el Tejado.

Mary es una niña de 5 años, que vive con sus padres, los tres forman una familia muy bonita, esta pequeña niña se la pasa con mamá, en las mañanas se levanta, se arregla y se va a su colegio, mientras ella está en el colegio, su madre se encarga de los oficios de la casa para cuando llegue Mary poder dedicarle tiempo en sus tareas del colegio y compartir con ella, su padre es un hombre trabajador y llega en la tarde a pocas horas de la pequeña irse a dormir.

Una noche, Mary se despierta asustada y escucha sobre el techo un sonido muy parecido a pasos, ella se dirige al dormitorio de sus padres y en el trayecto, observa por una ventana una sombra y la pequeña corre directo a la cama de sus papas, ellos despiertan y la ven metida debajo de la sabana en medio de ellos y le preguntan ¿Qué sucede Mary? ella contesta ¡un ruido me despertó, eran como pasos y cuando venia para su cuarto vi una sombra y me asuste mucho! Su padre le dice ¡ah debe ser la bruja! no le temas. Su madre le dice que no haga caso a lo que dijo papá, son leyendas que contaban los abuelos, tu duerme tranquila que ya pronto amanecerá.

Para una niña de 5 años no es fácil que se olviden esas cosas, ella estuvo asustada por varios días, en las noches dormía con una pequeña almohada cubriendo sus oídos, pronto llegó el fin de semana e irían a visitar a sus abuelos, momento propicio para preguntarle a su abuela sobre la bruja. Al llegar a casa de sus abuelos, Mary corre directo a su abuela y le pregunta ¿Abuela quiero saber de la bruja? Ella extrañada le dice ¡Ah ya tu padre te dijo de la bruja! La pequeña asienta con su cabeza, a la vez que le dice que le da miedo, la abuela no le quedó de otra que contarle.

Cuenta la historia que una señora a la que le decían Chucha, se transformaba en una bruja y le gustaba volar por encima de los techos de las casa donde habían niños con la intención de asustarlos y quitarles sus golosinas para llevársela a sus cerditos, pero abuela los cerdos no comen dulces, estos son unos cerdos especiales, le dice su abuela, porque a veces la bruja no solo se lleva las golosinas, también se lleva a los niños que no le hacen caso a sus padres y los convierte en cerditos. Mary queda asombrada con la historia, su abuela viendo su expresión le dice ¡No temas tu eres una buena niña y esos son cuentos de viejos!. Así que ya sabiendo la historia de la bruja, Mary regresa a la casa y a la hora de dormir, siente temor y su madre lo nota, así que decide quedarse por esa noche a dormir con ella, en la noche escuchan ruidos, solo que fue un gato caminando por el tejado. A la mañana siguiente, Mary esta jugando en el jardín de su casa y ve pasar a una señora mayor, ambas se miran y la señora le guiñe el ojo, en eso sale la mamá de Mary y dice ¡Adiós chucha, recogiendo comida para los cochinos!