Él estaba allí al otro lado de la cerca, con una guarda camisa negra y una caja de herramientas en manos, arreglaba alguna cosa, de verdad no le preste mucha atención a eso, solo lo observaba...

¿Yo? sentada al lado de mi casa fingiendo leer un libro con un lápiz en la mano, solo me senté allí para observarlo...

Él me miraba, lo se, yo disimulaba que ni una gota de atención le prestaba, veía en su rostro un sonrisa picara que me mataba, en todo momento de manera disimulaba lo observaba y se, que el quiza cuenta se daba.

¿Hablarnos? en realidad muy poco, solo un típico saludo cordial las veces que podíamos cruzarnos por el camino, me gustaba mirarlo pasar y observarlo al caminar, algo loco con el me pasaba, yo lo sé, eso no es normal...

¿Que me gustaba de él? pues no se por donde empezar, era su forma de ser, su sonrisa pícara, su mirada tan sexy, su piel color canela, ¡no lo sé en realidad, solo se que él era perfecto para mi!

Una noche en una reunión familiar realizada en casa de su madre a la cual fui invitada
por una de sus hermanas, no podía rechazar esa invitación,
era la oportunidad perfecta para quizá con el conversar un poco más,
pasar más allá de un simple saludo nada más...

Sentados en la mesa ya cuando llegó la hora de la cena, para mi era inevitable no mirarlo, ¡él se veía tan guapo! sus ojos esa noche tenían un brillo especial que me hacían suspirar, si les cuento todos los pensamientos que pasaban por mi cabeza pues creo que debería ser censurada...

Deseaba un momento a solas para sus labios poder besar,
me imaginaba poder tocar su pecho y sentir el calor de su cuerpo junto al mio,
nada mas pensarlo me arrancaba un suspiro repentino, él estaba tan cerca y a la vez tan lejos,
y yo aqui sin poder tocarlo, sería atrevido de mi parte y no quería asustarlo.

Al finalizar la reunión de esa noche, ya llego la hora de retirarme,
al despedirme de su familia y terminar de conversar con su hermana,
mientras me dirigía a la puerta de salida el amablemente decidió acompañarme,
ya era un poco tarde, salimos juntos y hasta el portón de mi casa me acompañó,
llegó el momento de la despedida, me dio nervios en realidad,
no quería que mis deseos pudieran delatarme, es que me gustaba tanto,
me atraía mucho más porque él despertaba en mí una rara sensación que no les puedo explicar, y todo eso sin nisiquiera haberlo besado...

Nos despedimos, fue un momento de tensión, me abrazo y al despedirse con un beso en la mejilla sin querer rozamos nuestros labios, quería de una vez poder besarlo, pero me controle y detuve ese momento allí, le di las buenas noches mirándolo a los ojos fijamente, él me sostuvo por unos segundos las manos sin decir nada mas, solo me di la vuelta y entré a mi casa...

Había una señal de que algo entre nosotros pasaba, no era solo yo, el sentía algo y de eso estaba segura, me fui a la cama y no paré de pensar en ese momento, tan breve pero a la vez tan intenso...

Continuará...

Espero que te haya gustado este escrito, y no es todo este relato no termina aquí

Gracias por estar aquí y leerme una vez más,
¡Será hasta la próxima!
Con amor @luty .