Tu regreso ha sido solo un sueño.

Lo ví, él vino hacia mi, caminaba hacia nuestro encuentro. En medio de su caminata, mis ojos no dejaban de soltar lagrimas, eran lagrimas liberadoras, aquellas lagrimas se sentían que me quitaban toda carga que llevaba encima. Mientras caminaba, yo lo veía lleno de ira, discutiendo como siempre, pero con cada paso que daba la llama de esa ira se iba apagando, hasta que lo tuve de frente y todo sentimiento de ira se desvaneció.

Al tenernos de frente el uno al otro, nuestros cuerpos no sentían mas que paz y tranquilidad. Nuestras manos se entrelazaron, y encajaron perfectamente, como siempre solían hacerlo. Tomados de manos, nos sentamos en la arena viendo hacia el mar. Cerré mis ojos y una fuerte brisa paso, fue fugaz, fue renovadora; como si su misión fuera llevarse lo malo. En ese momento abrí mis ojos y lo mire a los ojos, estaban brillantes como si fueran de cristal, su cara era la mas linda que había visto, me inspiraba paz y felicidad, así que mis labios decidieron romper el silencio, a lo cual con miedo y con la cabeza hacia abajo le dije: "Hola, mi nombre es Wendy. Un placer conocerte". El sonrió, me abrazó, besó mi frente y un calor recorrió mi cuerpo. Fue como si encendieran una luz en mi, me sentía en casa otra vez, como si regresara al lugar que siempre pertenecí, a su lado. Mi cuerpo se empeluzcó tal como la piel de una gallina, y de ese sueño desperté, con una sonrisa y en medio de lagrimas, de nuevo te soñé.

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