Esta pequeña historia comienza con un niño llamado Robert (Mi primo), un pequeño de 5 años de edad con mucho carisma e imaginación que le encanta fabricar muchas fantasías. Un día se encontraba jugando en el jardín, sentado sobre un viejo caucho gastado por el tiempo pero perfecto para un momento de juegos. Estaba un poco lejos y pude notar un vaso con agua en su mano que usaba para crear un charco. En ese instante me acerco y le pregunto "¿Qué haces Rob?" Él contesta: "Estoy diseñando un rio para mi pueblo". Rápidamente le pregunte: "¿Cual pueblo?" En lo que respondió: "Te voy a contar un secreto, ven conmigo. No sé si puedes ver todas estas personas, ¡Es un reino miniatura y creen que yo soy su rey!" Me sorprendió tanto lo que me dijo que le seguí el ritmo del juego y seguí preguntando sobre esta increíble mini-ciudad que lo tenía muy emocionado.

Hablamos por horas, hasta que me dijo que quería a todos los habitantes por igual porque era un buen rey. Pero que tenía una especial conexión con Cloitus un chico que no quería ser pequeño, su deseo era formar parte de la sociedad como todos los seres humanos. Sus expresiones al momento de contarme sobre ese individuo imaginario fueron tan sinceras e intensas que empecé a preguntarme si de verdad era un juego. En eso le pregunto: ¿Tú te sientes muy pequeño? Él me dijo: "Para ellos soy muy grande por eso soy su rey. Pero aquí soy muy pequeño". En ese momento me di cuenta que su juego era una necesitad convertida en fantasía. Comencé a hablar con el diciéndole que crecería que le faltaba edad, le explicaba que todos comenzamos pequeños pero luego crecíamos de una manera sorprendente. Coloque su mano junto a la mía y le dije: "Alguna vez mi mano fue de ese tamaño, ¿Ves su tamaño ahora? Solo ten paciencia, crecerás".

Luego de pasar por esta experiencia reflexione sobre un punto importante, "Cada quien vive en su mundo miniatura queriendo ser grande". Vivimos dentro de nuestro mundo con la posible idea de ser grandes, viviendo una fantasía reflejando lo que necesitamos sin darnos cuenta. Ademas hay que estar muy pendiente de las acciones de los niños en el caso de los padres, muchos se expresan sus sentimientos y pensamientos en los juegos solo hay que observar.