Audiolibro Novela | El Diario | Capitulo 2

-Entonces ¿Yo sí puedo?

Andrés la miró y respondió.

-¿Tú? Ja, ja – se rio en forma burlona- no me hagas reír, ni siquiera te conozco.

Sin que el tiempo transcurriese, rápido ella contestó.

-No creo esconder mucho, me gusta el Rock, la pizza, besar ¡Ah! Me llamo Ana. Y ¿Tú? Niño odioso de primera.

Andrés se levantó del banco, se dirigió directo a Ana, intentó colocar su mano sobre su hombro, mientras fuerte contestaba.

-¡Yo no soy odioso! Además, eso no es de tu incumbencia.

Como una maestra de artes marciales y antes de que siquiera su mano llegase al hombro de ella, le tomo de la mano, torciendo su muñeca, dejando la palma de la mano de Andrés de cara al cielo, Ana apretó la muñeca del sorprendido muchacho con su mano derecha, al tiempo que con la izquierda hizo presión hacia arriba de la mano, provocando un agudísimo dolor en la muñeca del chico.

-Nunca me retes, me piensas decir tu nombre ¿sí o sí? – dijo ella acercándose al oído de Andrés.

Andrés torpemente intentaba zafarse.

-Suelta, suéltame. Andrés, Me llamó Andrés.

Ana sutilmente le soltó, Andrés se examinaba su mano y murmuro.

-La próxima te irá peor – Ana que escucha la frase, se le acerca nuevamente, con ojos desafiantes, Andrés da un paso atrás y se sienta apresuradamente en el banco.

-Así está mejor – responde ella complacida, sentándose a su lado- Y ¿De qué hablábamos? ¡Ah! Si. ¿Por qué no habría de entenderte el diario? – Ella hizo una pausa – No, no. Eso ya lo aclaramos. ¡Ah! Ya, ¿Por qué no podría entenderte yo?

-Sera ¿por qué eres mujer? – respondió desde el banco Andrés.

-¿Perdón? ¿Acaso tú naciste de tu Papá? – Ana se levantó de su asiento, subió al banco y como una activista enfurecida proclamó- ¡Las mujeres, todas las mujeres, somos la base fundamental de la sociedad!

Con suma picardía Andrés también se levanta de su asiento, le da un pequeño empujón a Ana para que se baje del banco y con tono burlón exclama.

-Y como Base, ¡Siempre estarán abajo!