💥 EL MONO TRANSCIENDE 💥

Desde el principio del mundo, el mono ha tenido el mismo rol de todos los animales de splinterlands: nacer, crecer, reproducirse y morir.

Este ciclo se repitió una y otra otra y otra vez... Y se habría repetido hasta la colisión final del mundo, donde todo llegaría a su fin, de no ser porque un Kobold Miner, decidió salir de las minas profundas para inspirar un poco de aire fresco.

Dicho Kobold, andaba triste. Se sentó en una roca, cerca de algunos árboles y se echó a llorar.

Un mono, que andaba de árbol en árbol, jugandolo solitariamente lo vio y decidió acercarse para conocerlo. Casi nunca se ve a los Kobold fuera de las minas, es muy extraño, tanto como ver una estrella fugaz. Su felicidad es estar en las minas haciendo su trabajo día y noche, porque para ello nacieron.

El mono mediante unos sonidos le intentaba preguntar al Kobold, pero éste no entendía. Los dos se miraron y se quedaron en silencio, sabiendo que era estúpido buscar la forma de comunicarse.

-Gracias amiguito -dijo el Kobold-, quizás intentas consolarme y saber qué pasó. Allá dentro en las minas está mi felicidad, quiero ser el mejor minero del splinter de fuego, pero....

Y siguió llorando. El sólo hecho de pensar en aquello le hacía sentir fatal. El mono se acercó y lo abrazó, se asustó cuando sintió que la piel de aquel minero era realmente fría, a pesar de trabajar con el fuego y las minas.

-Si... si. Sufro de fiebre, ¿sabes? Pero nuestras fiebres son diferentes, son frías. Eso hace también que la vela que sostengo en mi cabeza, casi nunca esté prendida.

Si el fuego de esta vela no se mantiene prendido, no podré seguir trabajando, dependemos de ellos para continuar extrayendo carbón y demás minerales.

Aunque el mono tampoco entendía lo que el Kobold decía... intentó mostrarle que él quería ser diferente a los demás monos, quería transceder su raza y no simplemente limitarse a nacer y morir. Dibujó en la tierra a un mono con fuegos en sus manos, le fascinaba esa luz que los Kobold mantenía en las velas de sus cabezas.

El kobold, aún llorando, miraba el dibujo en la tierra, cuando inesperadamente una idea loca y sumamente peligrosa le llegó a su cabeza. Con señas, le preguntó si quería llevar a cabo aquello y el mono, entendió medianamente lo que este preguntaba, diciendo Sí.

-Ven, cúbrete con el trapo de mi cuello y vayamos dentro. Nadie puede verte.

Y se adentraron en las minas, hasta lo más profundo. Una vez dentro, el Kobold comenzó a hablar, mientras le mostraba algunos dibujos antiguos en las paredes en que se mostraba el proceso de transformación de los kobold como mineros.

-Cuando nacemos, no nos apartamos de nuestras madres, ellas nos alimentan y nos enseñan muchas cosas. Luego, cuando cumplimos cierta edad, podemos optar por trabajar en las minas. Mi padre era minero y pudo llegar a ser nivel 10. Es mi meta llegar a ser igual que él, pero no paso de ser level 1... Pero bueno, fíjate en estos dibujos, nosotros somos transformados en mineros mediante El Fuego Divino. Casi nadie sabe donde se ubica, pero yo sí se porque una vez lo escuché. Vamos, tengo una idea.

Siguieron caminando, escondiendose de los kobold que se encontraban por el camino y demás monstruos del splinter de fuego.

Y LLEGARON A UNA HABITACIÓN...

Se metieron y vieron a un gran fuego bendito, un fuego que nunca se extinguía. El mono, que había entendido todo mediante los dibujos... supo que su gran oportundiad de ser diferente y mejor, estaba delante de sí. El Kobold tomó un poco de fuego en sus manos y lo metió en un horno.

-Adelante amiguito, si entras aquí podrás ser quien tú quieres ser.

Y el mono, con algo de miedo, pero confiado entró en el horno. El fuego era una brisa suave, calidad, no quemaba y era acogedora.

	¡¡¡TRANSFORMACIÓN!!!

El poder divino del fuego le dio cualidades de su elemento a dicho mono, bendiciendolo en su don del calor y convirtiendolo en un nuevo ser.

Con una nueva transformación, el mono pudo decir sus primeras palabras:

-¡GRACIAS!

El Kobold por primera vez se sintió útil. El Mono Llama, se acercó y le dijo que quería trabajar con él en las minas, que le agrada el splinter de fuego y además puede crear llamas con sus manos. Una vez lo intentó, decidió prender la vela de la cabeza del Kobold Miner y este se alegró por ello.

-Seremos un gran equipo de trabajo, ya verás.

Todo el splinter de fuego se enteró del nuevo aliado que pudieron adoptar mediante el fuego divino. Le ofrecieron poder a toda la familia del mono a cambio de trabajos en las minas, y como a los monos le gustaba el fuego, aceptaron. De allí en adelante todos los monos fueron convertidos a Mono Llamas.

Con el tiempo, el primer mono fue aumentando su nivel en el trabajo, hasta que aprendió Reparar, que reforzaría la resistencia de los kobold mineros, pues a cada uno de estos, se le fue asignado un Mono Llamas. Y así, el primer mono en ser transformado por el fuego divino llegó a su máximo nivel, convirtiendose una tarjeta dorada:

TRANSFORMACIÓN	TOTAL

Y así fue la historia de como un simple mono cumplió un sueño de conocer al fuego y ser purificado por el.

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