El estrés / Viviendo con el enemigo

  Vivir la cotidianidad es un desafío del que no existe un manual de instrucciones al que podamos acudir para saber cómo enfrentar y solucionar las adversidades que se presentan. Debido a esto es que, los momentos complejos generan que el estrés se adueñe de nosotros, auspiciando así que la inestabilidad emocional nos complique la vida.

  Partiendo de lo anterior, nuestra amiga @miyexi auspicia una dinámica que me encanta abordar, porque sé lo turbulento que es tener un estilo de vida bajo la sombra del estrés. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Desde el momento en que comencé mis estudios universitarios, sentí que mi estilo de vida progresivamente fue dando giros trascendentales y, antes de llegar a la mitad de la carrera, sabía que el estrés estaba en mí. Sin embargo, tenía la mala costumbre de restarle importancia y, más de una vez, exclamé:

Lo tengo controlado

  En ese momento, veía que dicha expresión era natural, pero tiempo después me di cuenta de que estaba siendo petulante y, esa arrogancia de mi parte se terminó convirtiendo en un puñal que inconscientemente me clavé al darle autonomía de mi vida al estrés y, cuando noté que el caos se había salido de control, no fue tan sencillo regresar a la calma.

  Aunque he vivido varios momentos de estrés, en esta ocasión les compartiré la experiencia que relativamente es más reciente y, lo digo de esta manera, porque desde hace casi dos años, trabajo diariamente para mantenerla lejos de mí acotando que, hoy día tengo la certeza de que me he liberado del 90% de esas situaciones estresantes que me agobiaron de una manera tan abrumadora que, literalmente, el cabello se me estaba cayendo y, todo esto se generó, porque en mi trabajo, al igual que el postgrado que estaba realizando, quería lograr un nivel de perfección que, por más que quisiera, era imposible de lograr y, dicha imposibilidad se debía a que, en acciones nada es perfecto.

  Cabe destacar que, tengo el mal hábito de ser perfeccionista y, aunque desde hace mucho tiempo estaba consciente de ello, no hacía cosas que me ayudaran a eliminar esa acción de mí; más bien, la alimentaba, ocasionado así que, los conflictos fueran más complejos en mi día a día, porque existen cosas que no podía controlar y, a pesar de que hiciera algo medianamente correcto, otro agente siempre influía para dejar una huella negativa.

  En esa época, por temor a salir mal en una actividad grupal que asignaban en el postgrado, terminaba asumiendo toda la responsabilidad sola. Lo mismo sucedía en el trabajo, me daba terror que alguien cometiera un error; para evitarlo hacía sus deberes, ya que no quería que, de alguna u otra forma, eso repercutiera en mí y, al tener todas esas acciones, generaba que el estrés detonara sin tener tregua.

  Debido a la presión tan grande que me estaba haciendo, mi temperamento todos los días era explosivo y, el mal humor se convirtió en mi estado emocional predilecto, pero esto solo fue un tiempo, ya que más adelante, el estrés se fue convirtiendo en problemas de salud, porque se me caía el cabello; de hecho, el doctor me dijo que a ese paso, iba a terminar calva y, esto me asustó tanto que, comencé a seguir tratamientos que me ayudaran a detener la alopecia. Aunado a ello, me salían rosetas en la espalda y, en los brazos, tenía morados; anomalías que me hicieron crear consciencia de que no estaba bien tener ese nivel de estrés que, al final, no me llevaba a un buen lugar.

  Al comprender el daño que me estaba haciendo con ese estilo de vida tan estresante, decidí buscar ayuda especializada. Lo primero que me sugirieron fue reducir en gran medida el nivel de responsabilidades y cargas en el trabajo, al igual que mis estudios; asimismo, tenía que delegar responsabilidades y, aprender a confiar en las personas que estaban en mi entorno.

  La actividad deportiva también me ayudó a dejar el estrés, ya que allí liberaba todas las presiones que sentía y, en esto no puedo dejar de lado el bienestar que me dio la naturaleza, porque cuando me sumergía en ese mundo, aplicaba técnicas de yoga y respiración consciente, resaltando que a pesar de que ya tengo un porcentaje elevado bajo control, continúo aplicando estas estrategias, visto que en el mínimo descuido, puede detonar nuevamente.

  Sin lugar a dudas, el estrés es un enemigo silencioso que se instala a vivir en nuestra mente sin previa autorización de nuestra parte. Por ello, es delicado permitirle que avance y, a pesar de que es imposible no tener ciertos momentos estresantes, saber cuáles son las herramientas que podemos aplicar para reducirlo, nos ayudará a neutralizarlo a tiempo.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación son de mi autoría y fueron tomadas con mi teléfono celular Tecno Spark 30c}