El plan de salvación mostrado en una accion
El Plan de salvación
En el pueblo de Santa Rosa, estado Lara, se alzaba un inmenso árbol de cují, situado cerca de la pérgola, un lugar turístico y la vía principal de acceso a una escuela. Hace diez meses, el árbol comenzó a inclinarse, pero nadie le prestó atención. En ese momento, hice una publicación explicando que Dios me había dado el sentir de ayudar con esta tarea.
¿Cómo comencé? Sin contactos, sin un cargo y solo con fe y confianza en Dios. (En aquella publicación también mencioné que hubo personas que se interpusieron en mi camino y me rechazaron, asegurando que podían hacerlo solos y que mi ayuda no era necesaria). Y así es como comienza esta historia.
<center><sub>.Dejé de intentarlo. A pesar de mis advertencias de que el árbol se iba a caer, no había recibido apoyo de la comunidad. La gente se mantenía renuente, argumentando que el árbol era bonito. Cada persona tenía un argumento diferente. Muy pocas personas me apoyaron, pero aun así, no se logró nada.
Dejé todo en manos de Dios nuevamente para que Él obrara. Él fue quien me llamó, y sabía que era en Su tiempo, no en el mío.
Pasaron aproximadamente cinco meses y nadie hizo nada por el árbol; nadie actuó. Vinieron alcaldes, miembros de la Gobernación, gente de poder, y nada. Enviaban cartas y nada. El miedo aumentó cuando, durante una actividad, los niños estaban reunidos cerca del árbol y una rama se rompió. Todos comenzaron a correr en dirección contraria.
Los bomberos llegaron, pero no lograban coordinar una tala. La interferencia del tendido eléctrico y la permisología para la tala eran los impedimentos. A pesar de que la información se difundió por todos lados y se enviaron más cartas, seguía sin haber respuesta.
Obviamente, cuando me enteré del incidente de la rama, me preocupó la seguridad de los niños y decidí llamar de nuevo a los ingenieros para que me apoyaran. Antes de cada llamada, esperaba que Dios pusiera en mí el sentir de hacerlo. (Oraba y llamaba en los minutos que el Espíritu me indicaba, y así pude conversar con cada uno de ellos).
Después de hacer varias llamadas, se acordó el día. Y, créame, hubo obstáculos, pero Dios rompió toda piedra que se interponía en el camino.
Era la última oportunidad para cortar el árbol con estos entes. Yo dije: "Hoy es el día y estoy seguro de que veré el mover de Dios nuevamente". Dicho y hecho, llegaron las entidades involucradas. No faltó ninguna.
Contamos con Bomberos, Corpoelec, IMAUBAR, EMICA y Policía. Y para la gloria de Dios, se logró talar. No nos faltó nada: nos dieron sopa, frappes, refresco y café a todos los que trabajamos

¿Por qué dije que es igual al plan de salvación?
Dios siempre busca cuidarnos y advertirnos de las cosas que van a suceder para que accionemos. Lo que sucede aquí es que había un peligro, el árbol, y se tuvo que esperar el momento más crítico para que ellos pudieran ver que la solución no radica en sus fuerzas, ni en el cargo, ni en lo que creyeron tener.
Dios obró y destruyó todo orgullo de las personas, porque una persona sin cargo, un simple hijo de Dios, movilizó y logró lo que muchos no pudieron.
Déjenme decirles: yo accioné confiando en Dios y Él obró. Si hay más zonas en riesgo que necesitan que unos hijos de Dios se levanten y cambien la realidad, este logro ya es pasado. Pero debo ir más allá para dar la esperanza que solo se encuentra en Cristo Jesús. Amén.
//Fotos propias tomadas:
De un tecno //





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