Día de clases, seminario y final feliz 🌸🌷

¡Hola, mi gente bella de Steemit! 🌸📚💕 Hoy les traigo un diario que mezcla estudio, cansancio, aprendizaje y un gesto que me hizo el día más bonito. Porque sí, hay días que comienzan con corredera y terminan con flores inesperadas.


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Portada de mi autoría creada con PicsArt

La jornada arrancó temprano. Me tocaba ir a clases, y como buena estudiante aplicada, ya tenía todo listo desde la noche anterior. El día estaba movido porque tenía seminario, y ustedes saben que eso no es cualquier cosa: hay que exponer, responder preguntas, y mantener la compostura aunque los nervios estén bailando por dentro. El tema era complejo, pero me preparé con todo el cariño y concentración del mundo. Me gusta cuando los seminarios se convierten en espacios de intercambio, donde no solo se habla, sino que se aprende de los demás.


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Después del seminario, no hubo descanso. Seguía la clase de endocrinología, una de esas materias que te exige estar despierta mentalmente, porque cada sistema hormonal tiene su propio ritmo, sus propias reglas, y entenderlo bien es clave para el diagnóstico clínico. La clase estuvo intensa, pero también muy interesante. Me encanta cuando los profesores explican con ejemplos reales, porque eso te conecta con lo que vas a vivir en la práctica médica.


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Ya al final del día, con la cabeza llena de información y el cuerpo pidiendo descanso, llegué a casa pensando en comer algo y acostarme un rato. Pero ahí me esperaba una sorpresa que me cambió el ánimo por completo: mi novio me regaló unas flores. No era ninguna fecha especial, ni había motivo aparente. Simplemente quiso alegrarme el día, y lo logró.


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Las flores eran preciosas, con colores vivos y ese aroma que te hace sonreír sin darte cuenta. Me las entregó con una sonrisa y un “sé que tuviste un día fuerte, te lo mereces”. Y ahí entendí que no importa cuán agotador sea el camino, si tienes a alguien que te acompaña con amor, todo se vuelve más llevadero.

Nos sentamos a conversar un rato, le conté cómo me fue en el seminario, lo que aprendí en endocrino, y él me escuchó con esa atención que reconforta. A veces, lo que uno necesita no es una solución, sino un espacio para soltar lo vivido. Y él me lo dio, con flores, con palabras y con presencia.

Ese día me recordó que el esfuerzo vale la pena, que el aprendizaje es constante, y que los pequeños gestos tienen un poder inmenso. Así que aquí estoy, compartiéndolo con ustedes, porque me gusta dejar constancia de los momentos que me hacen sentir agradecida.

Gracias por leerme, y que nunca falten los días donde el estudio se mezcla con cariño, y donde las flores llegan sin aviso pero con todo el amor del mundo 🌷💫


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Saludos y bendiciones para todos💗💗💗

Todas las imágenes de éste post son de mi autoría y de mi galería personal

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