Concurso: Cuéntanos tu Historia

Era la tarde del primer día de febrero. Había sido un día caluroso y extenuante en el trabajo. Nos encaminamos a buscar al bebé en la guardería donde pasa el día, esperando que sus papás lleguen del trabajo. Habíamos caminado trecientos metros cuando vi pasar a nuestro lado un automóvil, con sus líneas simétricas y andar pausado. El sol reflejado sobre sus impenetrables cristales, no permitía escrutar sus misterios interiores. Se detuvo como si el camino acabara en ese punto. Al percatarme el cristal de la puerta del piloto había descendido y desde dentro, él haciendo un gesto con su mano, nos saludó. Al notar yo su presencia, correspondo de similar manera. Hacían dos meses desde la última vez que vi a @isaacvera. Después del intercambio de cordialidad, nos invitó a subir al carro. Aceptamos, pues a pesar de tener prisa por rescatar a nuestro retoño de su domicilio temporal, en un carro el tiempo empleado para reencontrarnos con él disminuye tres veces. Al subir nos encontramos con @deilysg. Repetimos la formula impuesta por las buenas costumbres. El vehículo siguió en dirección contraria a nuestro rumbo. Antes nuestro cordial conductor se dirigió al punto de partida, donde debía certificar la existencia de un artículo personal, que víctima de un descuido había olvidado. Mientras duró su infructuosa búsqueda @deilysg nos comentó sobre un asunto muy particular. Una curiosa Red Social, en la que se remunera tu talento, también tu buen gusto. Una Red Social en la que muchos compañeros han encontrado un salvavidas, en este torbellino económico que nos azota sin piedad. Mientras duró la introducción llegó nuevamente nuestro amable anfitrión, quién entonces, luego de comentar que no tuvo éxito en su búsqueda, dirigió su marcha hasta donde nos esperaba el primogénito. No puedo decir cuánto duró la conversación que durante dos paradas, una para rescatar el infante, la otra a la puerta de nuestra casa, se extendió en el maravilloso Steemworld. Nos describió las audaces iniciativas venezolanas como @votovzla. De los múltiples y variopintos concursos patrocinados por @beanz, @yoganarchista. Son ilimitadas las posibilidades. La simple idea de dar rienda suelta a la creatividad por sí misma cautiva. El hecho de poder ser valorado por toda una comunidad eleva la ilusión hasta niveles estelares. La posibilidad de hacer reflexiones filosóficas, comentarios de autoayuda, recetas culinarias, historias reales o salidas de los más recónditos parajes del imaginario, reseñas históricas, culturales, sociales, políticas. No hay más límite que el impuesto por la tenacidad, la imaginación y el talento. Se consumieron así noventa valiosos minutos, en los que pase de ignorar por completo este maravilloso mundo, a ser un ávido admirador de esta maravillosa Red Social.

Mi experiencia ha sido modesta verdaderamente. Basada principalmente en grandes expectativas y en numerosas horas explorando las maravillas ofrecidas por Steemit. Encontrando los proyectos que se asemejan más a mi naturaleza. Conociendo el interminable horizonte y la diversidad de expresiones aquí encontradas. Me esfuerzo en guardar el formato correcto. Cumplir con el criterio de originalidad, y sobre todo de alta calidad.