Reflexionando con Petris

  En la vida siempre vamos a estar rodeados de momentos agrios y, aunque hagamos lo esencial para evitarlos, estos en algún punto nos van a tocar, pero no está mal que sea así, porque esas situaciones desagradables tienen ingredientes que nos permiten aprender cosas que, por la vía regular, no vamos a procesar y mucho menos valorar.

  Tenerle miedo a la oscuridad está bien y, en lo personal, considero que debemos aprender a trabajar en esa normalización, porque nos han hecho creer que todo va a ser luz, cuando la realidad es muy diferente a ello; siendo este el momento idóneo donde lo agrio termina expulsando de nuestro interior todas las habilidades y fortalezas que poseemos.

  Comprender e incluso aceptar esta realidad no es tan fácil. En mi caso, aunque ya estoy clara de esto, soy consciente de que en algunos momentos he reprochado estar pasando por esa situación agria, pero durante la meditación, me doy cuenta de que con reproches lo único que gano es oscurecer más mi existencia y, de mi parte, queda limpiar el camino para poder ver el florecimiento.

  Entre las valiosas enseñanzas que me han obsequiado los momentos agrios, destaca que, en esas instancias, la pregunta clave que debemos hacernos es:

¿Para qué estoy viviendo esta situación?

  Y no la famosa:

¿Por qué me sucede esto a mí?

  Ya que, cuando lo hacemos desde el cuestionamiento y no reflexivo, automáticamente nos bloqueamos el razonamiento; bloqueo que es muy peligroso al momento de analizar o escudriñar las soluciones que tiene cada adversidad de la vida. Les confieso que cuando aprendí esta clave, ya no me asustan los malos molestos, porque sé que tengo lo elemental para aflontarlos y vencer.

  Sin lugar a dudas, la vida es extraordinaria en todos los aspectos. Florecer con brillos y matices siempre será lo ideal para evolucionar a nivel interno y externo. Por lo tanto, vamos a enfocarnos en que lo dulce, en compañía de lo agrio, son los ingredientes estelares que necesitamos para ser unas hermosas flores que viven en este maravilloso hogar llamado planeta Tierra.

  Para mí, el juego de Pentris es emprender un viaje muy ameno al pasado, porque en mi infancia solía jugarlo constantemente con mis primos, acotando que en aquella época se le conocía como Tetris. De hecho, me atrevería a decir que es la dinámica que llegué a explorar en sus diversas presentaciones, ya que cuando se podía jugar en un teléfono celular, allí estaba divirtiéndome con él.

  Ahora bien, entre una cosa u otra, tenía tiempo que no jugaba esta dinámica en la plataforma y, desde hace un par de días, estuve atenta para retomar el juego que, además de divertirte o trasladarme al pasado, también me ayuda a desarrollar habilidades que me permiten mejorar en diversos contextos de la vida, entre ellos, la resolución de las situaciones agrias.

  Desde el momento que ingresé a la interfaz, me sentí muy cómoda y reconozco que llegué a pensar que iba a estar un poco perdida por el tiempo sin jugar. No obstante, la realidad fue muy diferente, porque tuve fluidez con la ubicación de las teclas que me permitirían mover las piezas, pero en ese primer intento, mi enfoque fue el que no estuvo bien; por ello mi primera partida culminó rápido.

  En reiteradas ocasiones he visto que en el segundo intento tenemos la oportunidad de hacer las cosas mejor. Particularmente, creo rotundamente en esto y, hoy jugando esta dinámica, lo ratifiqué, porque durante la segunda partida, me enfoqué más en ir colocando las piezas en el lugar adecuado para destruir los bloques, de modo que pudiera estar activa en tiempo prolongado.

  Me siento complacida con los resultados que obtuve en esta experiencia de retorno al pentris. Sé que puedo seguir mejorando las estrategias y habilidades, pero este regreso no fue agrio, por lo que la motivación de continuar con la iniciativa llega sin tener que escudriñar en el problema; siendo esto un avance significativo que voy a nutrir.

  Sin lugar a dudas, ahora mi meta en el juego de pentris es que para la próxima experiencia voy a esforzarme para lograr una estadística que supere los 2000, ya que es la segunda vez desde que participo en el proyecto donde obtengo un resultado que ronda los 1700 puntos, así que, vamos por ese récord personal.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las capturas de pantalla presentadas en esta publicación, fueron captadas durante la partida de pentris. La imagen personal es de mi autoría y fue tomada con mi teléfono celular Tecno Spark 30c}