La crítica es un acto bastante banal en todo ser humano. Todos lo hacemos, pero la gran diferencia es la perspectiva que le damos o el propósito con el que usamos. Existen críticas o murmuraciones que son exámenes preciso sobre el comportamientos propios que son reconocidos por su efecto negativos a altitud social y que se hacen para causar un consejo o un cambio radical, pero también hay críticas que son ejecutadas de manera totalmente destructiva, sin importar el qué dirán y cuya finalidad es solo hacer prejuicio.

Es necesario chequear el camino desde donde ejercemos la crítica, ya que la crítica es el acto que iniciamos luego que algo se desplaza dentro de nosotros. Ese algo puede ser: Envidia, celos, fracaso, etc.

Existen murmuraciones o críticas que tienen un acto constructivo, o que se da con la finalidad de lograr un efecto en los consejos de otros; pero por otra parte también están las críticas o juicios cuya finalidad es claramente destrozar, hacer prejuicios, los cuales son claramente a mansalva sin un anticipado análisis de lo que puede generar esta situación.

Todos creemos que tenemos un as bajo la manga o algo importante de qué conversar, sin importar el qué dirán.

Si lo que dirás será un holocausto, piensa antes el para qué lo dices y qué dice eso de ti, si hacer daño es tu objetivo general y especifico necesitas analizarlo muy bien. No es un hábito sano vivir con la necesidad de herir y generar destrucción o daño en nosotros escapando del cargo de conciencia, tal vez creas que es un razonamiento válido hablar o mencionar que el otro está siendo “exagerado”, pero no verificas que quién exagera en el uso de su locución o expresión eres tú.

Amigos, no es necesario juzgar a los demás, una vez mi mamá dijo: En boca cerrada no entran moscas ni salen estupideces; y tiene mucha razón al respecto. No es necesario criticar, Estar en silencio y vivir en armonía es saludable. Evitemos criticar e ignoremos a las personas de esta temática.