Ronny pensativo y callado regresó a su trabajo, su mente sentía paz.

Había podido entender que quizas la tristeza que sentía era necesaria para mejorar y seguir adelante, era una sensación extraña pero lo hacía sentir mejor

Nina, con su optimismo contagioso ,su risa constante y sus elocuencias hacían sentir su oficina con un ambiente cálido y no el laberinto perdido que antes estaba sintiendo.

​Un mediodía, Ronny y Nina estaban almorzando sándwiches en el mismo parque. Ronny muy emocionado le estaba contando a Nina la historia completa del árbol y el jardinero, señalando el cerezo que ahora estaba cubierto de suaves flores rosas.

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​"Ese hombre me salvó, Nina. Su fe me dio permiso para tener la mía," dijo Ronny. "Ojalá pudiera verlo de nuevo para darle las gracias."

​De repente, una figura se acercó a la mesa. Era un jardinero, pero no el mismo anciano que Ronny recordaba. Este era un hombre un poco más joven, con uniforme de trabajo muy limpio y arreglado.

​"¿Disculpen," dijo el hombre, "estaban hablando de mí?"

​Ronny y Nina se miraron, confundidos. Disculpe usted "Estábamos hablando del jardinero que cuidaba ese cerezo. Nos enseñó mucho," explicó Ronny.

​El jardinero se rió. "Ah, ya veo. El cerezo. Yo soy el encargado de este parque, pero el que plantó ese árbol y lo cuidó durante muchos años... ese fue mi padre. Se jubiló hace algunos meses."

​"¿Y él fue el que lo podó tan drásticamente?" preguntó Ronny.

​"Sí. Ese era su ritual. él siempre decía que la clave para que ese árbol reviviera era simple: la tierra. Nunca dejaba que nadie más tocara el suelo alrededor de sus árboles. Decía que la calidad de la tierra es la verdadera medida de la esperanza."

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​El jardinero se despidió, y Ronny se quedó mirando el árbol. Entonces, Nina se inclinó y recogió un pequeño broche metálico que había caído cerca de su silla.

Era un dije con la forma de un pequeño trébol de cuatro hojas.

​"Ronny, creo que esto le pertenece a tu jardinero. Es bonito," dijo Nina, mirandolo.
​Ronny tomó el dije, y al darle la vuelta, notó que estaba grabado con iniciales: S.A.

​Ronny sintió que el aire se le iba de los pulmones. Se puso de pie, con los ojos fijos en la pequeña joya, y luego en Nina.

Estaba muy asombrado ​"Nina," su voz temblaba. "Mi... mi antigua pareja. La razón por la que estuve de baja. Su nombre era Sameera."
​Nina parpadeó, sin entender.

​"Sameera... mi Sameera... tiene un segundo nombre que casi nadie conocía," susurró Ronny. "Su segundo nombre es Aytana. S.A."
​Ronny se giró hacia el árbol florecido.

De repente, todo encajó. Su ruptura no había sido una mala jugada del destino. Había sido el acto desesperado y amoroso de Sameera, el verdadero jardinero.

​Sameera, al ver el estado en que Ronny había quedado, y sabiendo que él jamás la escucharía si intentaba hablarle, se había puesto el viejo uniforme de trabajo de su propio padre para darle la lección que él necesitaba: que la vida siempre regresa, y que la poda es necesaria para el florecimiento, incluso si duele. Ella había entendido que, para que él pudiera volver a amar y vivir, ella debía convertirse en su tierra firme y silenciosa, sembrando la esperanza a la distancia.

​Ronny no había encontrado una nueva historia de amor; había descubierto la verdadera naturaleza del amor que perdió: un amor que, en lugar de aferrarse, sabía cómo retirarse para permitir que la primavera llegara nuevamente.

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​Ronny sonrió, un sentimiento de profunda gratitud y libertad reemplazando el dolor. La lección no era que volvería a amar, sino que ya había sido amado con tanta profundidad que incluso su sanación fue un acto de amor planificado.

​Miró a Nina, y no vio un reemplazo, sino a una nueva amiga que celebraría su libertad.

​"Necesito buscar a Sameera," dijo Ronny, guardando el dije. "No para volver, sino para darle las gracias. Ella fue mi jardinera."

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​Nina le dio un golpe suave en el hombro. "La primavera no solo te trae flores, Ronny. Te trae verdades."

​AL final Ronny comprendió que la esperanza y el florecimiento no nacieron de un extraño sabio, sino del mismo amor que creía perdido, ahora como un acto de sacrificio y fe inquebrantable

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Hasta aquí mi participación, me gustaría invitar a @santi06 @wileska y @ninapenda a qué se unan a esta dinámica.

Gracias por leerme

Soy

@joshdavid 🤓

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