Diary - Salimos de Venezuela llegamos a la Argentina.steemCreated with Sketch.

in #blog24 days ago

Han pasado ya unos meses desde que salimos de Venezuela y todavía me cuesta creerlo. A veces cierro los ojos y recuerdo cada detalle, como si lo estuviera viviendo otra vez. Fue un viaje agotador, lleno de emociones encontradas.

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La salida fue dura. Uno no se imagina lo difícil que es hasta que le toca. Salimos por Brasil, y desde allí empezó todo el desgaste. Entre la preocupación, el cansancio y la tensión de que todo saliera bien, la mente no descansaba. Después de eso nos esperaban dos aviones, y créeme, fue más cansado de lo que pensaba.

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En el primer vuelo traté de dormir, pero era imposible. La cabeza no dejaba. Miraba a mi esposa intentando descansar como podía, y a mi hija, que miraba por la ventana feliz, como si todo fuera una aventura. Esa inocencia me sostuvo más de lo que ella misma se imagina. Ella estaba disfrutando y nosotros llevábamos todo el peso encima, pero verla sonreír fue como un respiro en medio del cansancio.

El segundo avión fue todavia más pesado porque ya estábamos agotados. Los asientos se sentían incómodos, el tiempo no pasaba, y lo único que pensaba era: “ojalá aterrcemos pronto”. Y al fin, después de tantas horas, llegamos a Argentina.

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Lo primero que recuerdo es el cielo. El amanecer en Aeroparque fue impresionante, con colores tan vivos que parecían pintados. Sentí en el corazón como si fuera un mensaje de Dios: “tranquilos, aquí empieza algo nuevo”. Fue un momento de alivio, de agradecer por haber llegado, por tener a mi familia conmigo y por ver que todo el esfuerzo no fue en vano.

Los primeros días fueron extraños. Todo era distinto: la manera de hablar de la gente, la comida, hasta el aire se sentía diferente. Había mucha nostalgia también. Dejamos atrás a la familia, los recuerdos, nuestra tierra. Pero al mismo tiempo había paz, a pesar de que hemos llorado, también reímos a ver la paz y el amor que sentimos ahora, nuestros mejores momentos se está escribiendo y aunque no tenemos todo lo necesario, tenemos lo mejor, familia y a Dios.

Este viaje no fue solamente cambiar de país, fue un paso de fe. Fue confiar en que Dios abriría camino, incluso cuando nosotros no lo veíamos claro. Y lo hizo. Nos sostuvo en cada tramo, nos dio fuerzas cuando ya no podíamos más, y nos mostró que su fidelidad es real.

Hoy, cuando pienso en todo lo que vivimos, me acuerdo de una promesa que nos sostuvo: “Jehová va delante de ti, no te dejará ni te desamparará” (Deuteronomio 31:8). Esa palabra fue real en nuestro viaje. Cada avión, cada espera, cada momento de cansancio, Él estuvo allí.

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No sé qué traerá el futuro aquí en argentina. Sé que no es fácil, pero también sé que estamos juntos y que Dios tiene planes. Venezuela siempre será mi casa, pero ahora este país nos recibe con la oportunidad de soñar otra vez.

Por eso escribo esto: para no olvidar lo que costó llegar, para recordar que aunque fue agotador y lleno de lágrimas, valió la pena, valió todo el esfuerzo, fé y fortaleza y adelante.

~ Daniel.