El día que las piezas encajaron a la perfección

Hola amigos de steemit soy @aniita bienvenidos a mi blog, en esta oportunidad quiero relatarles algo que a mi mente vino mientras observaba una linda pareja...
Imágenes editadas por mi con el programa de PhotoScape

Aquellos recuerdos que invadían mi mente Fuente

En una mañana cálida de verano, el sol brillaba con todo su esplendor. Desde lejos podía oír el alegre canto de las aves y el fuerte ruido de los carros al pasar, era fascinante la energía que un nuevo día arrojaba, mientras yo observaba por la ventana de la cocina, aquel 12 de julio de 1990, todo en mí entorno era despampanante...

Casi que podía presenciar cada detalle de mi alrededor, metafóricamente, aquel aroma de café amargo y delicioso, el prendedor que me regalo mi madre, asa canción que constantemente tarareaba en mi mente, mientras estrenaba un mantel que destilaba una fragancia fresca y nueva en mi mesa, era un acontecimiento que me daba la sensación de que todo estaría bien.

A medida que avanzaba a la azotea la fuerte brisa decía presente, mis latidos eran unísonos al ritmo de un reloj y el cabello revoloteaba con las alas del viento, mi falda se balanceaba con aquella suavidad que me inspiraba sonreír, era un día perfecto en donde nada podía salir mal...

Al girar cuidadosamente noté que él me observaba desde hacia ya un buen rato, sus mejillas rojizas delataban la intensidad del sol sobre su rostro y su picara sonrisa indicaba su buen humor.

Cuando casi la perfección era completa, fui capaz de paralizarlo todo, me detuve a mirarlo a los ojos y a través de su mirada vi
Aquél niño frágil que lloraba a la puerta de su casa por los brazos de su madre.
Observé aquel adolescente aislado en su habitación mientras su padre se debatía entre la vida y la muerte.
Noté que a ese mismo joven le caían lagrimas por sus mejillas cuando sus abuelos se marchaban...

Entonces comprendí
La ausencia de sus palabras, lo mucho que tartamudeaba para expresarme sus sentimientos o inquietudes, realmente llegue a entender la magnitud de sus abrazos profundos, silenciosos pero muy sinceros, también las escandalosas carcajadas que se lanzaba con las travesuras de los niños tomaron sentido y por su puesto su mirada brillosa cada vez que por algo yo me enfadaba y perdía el control.

En cuestiones de segundos las piezas comenzaron a encajar, con los años él hizo de nuestro hogar un fuerte inquebrantable, utilizando reconfortantes conversaciones que hicieron de nuestros abrazos un lenguaje único, convirtiendo mi opinión en su voz de mando al igual que los "te amo" susurrados y aveces fingidos de nuestros hijos, pero esos eran su himno predilecto.

Con razón su trabajo había pasado a un segundo plano, él había descubierto la felicidad escondida en nuestras viejas paredes, en algunas goteras añejadas, ¡oh y como olvidar aquellas cacerolas en las que todos lo viernes modelaba exquisitos caldos y guisos! esos eran los protagonistas de nuestra mesa, en estas cuatro paredes estaban atesorados nuestros miles de recuerdos juntos y disgustos también.

Por algunos segundos la nostalgia me invadió, mis lagrimas testificaban la felicidad que me incitaba amar sus canas y a desear sus manos ásperas y sus atractivos labios carnosos que pronunciaban mi nombre...

Me le acerque mirándole fijamente Fuente

Y le dije: "Este es nuestro día perfecto" y le tome por las manos y comenzamos a bailar y reír como si todo y nada importara al mismo tiempo.