#Reto12Votos Semana 48 - TENTACIONES | NOVIAZGO CRISTIANO

in #cervantes5 years ago (edited)

Jorge Loring Miró, sacerdote jesuita: «Para casarse es indispensable amarse; para amarse, es preciso conocerse; para conocerse, tratarse; para tratarse, primero hay que encontrarse».

Tentaciones.

Les presento un video magistral de una chica católica española de 21 años, Marta Espíldora de Ancos.

NOVIAZGO CRISTIANO.

No a las tentaciones, no a la tentación en el noviazgo

Lo llevas inscrito en tu ADN, llevas inscrita tu vocación al amor, es una de las notas características que nos distinguen de los animales, que hemos sidos creados para el amor. Y no un amor cualquiera, no es un amor abstracto. No te enamoras así en general, sino que te enamoras de alguien, de una persona, porque hemos sido creados para un amor de comunión. Y quizá no sepas exactamente qué es: puede que lo hayas oído en catequesis, en alguna boda, o a lo mejor no lo has oído nunca. Pues el amor de comunión es ese amor en el que ya no hay dos personas, sino que se convierten en una sola; y lo que le duele a uno, también le duele al otro; y ya no buscas tu propio bien, sino el bien del otro. Es un concepto un poco difícil de entender en una sociedad como la nuestra, tan influida por el narcisismo: esa incapacidad de salir de uno mismo en la que estamos sumidos todo el tiempo mirándonos el ombligo; y de aquí derivan un sinfín de inmadureces que hacen misión imposible llevar a cabo este proyecto común de vida y amor. Y si hemos sido creados para el amor y un amor de comunión, todo el proceso de desarrollo de la persona irá encaminado a capacitarnos para vivir ese amor.

¿Y cuándo empieza todo? Pues empieza en una etapa privilegiada, en la que la vida te sonríe, el mundo es de color de rosa y sientes un sopor por dentro. Y es ese primer momento en el noviazgo en el que te has enamorado. ¿Pero qué es el noviazgo y para qué sirve? Porque hoy en día no está nada de moda: ¿quién se presenta como el novio de alguien o como su novio? Parece que en cuanto suena esa palabra, novio, saltan las alarmas, es demasiado serio, demasiado compromiso. Hoy en día somos pareja o nos estamos conociendo, quizás a base de rollitos los fines de semana. Pero ser novios es mucho más; y si analizamos la etimología de la palabra, quizá lo podamos comprender un poco mejor. Novios hace referencia a «nuevo», es decir, que los novios, el chico y la chica que están saliendo, se hacen constructores de una nueva realidad, algo que no existía antes y se ponen en camino para llegar a ser una sola carne, un solo corazón y una sola alma.

Y si este es el fin del noviazgo, podemos distinguir dos etapas dentro del mismo. En la primera de ellas, cuando han transcurridos unos meses, y cuando ya se están pasando los efectos cegadores y apasionantes del enamoramiento, hay que discernir, es decir, hay que plantearse: ¿es esta la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida? Si la respuesta es sí, llegamos a la segunda etapa, que es cuando los novios se irán conociendo y creciendo en su capacidad personal de comunión para llegar más adelante a la comunión plena de lo que son.

La salud del matrimonio está muy condicionada por el noviazgo previo, por eso es importante conocer qué es el noviazgo y las etapas... Porque no hay que pensar que si tengo un montón de problemas en el noviazgo, voy a llegar el día de mi boda al altar, voy a dar el «sí quiero» y la gracia del sacramento lo va solucionar todo. No es así: lo que siembras en el noviazgo, lo vas a recoger en el matrimonio, por eso hay que conocer el proceso de maduración en el amor en el noviazgo.

¿Tú que entiendes por amor? Quizá por amor entiendas esa primera etapa del amor, el amor de enamoramiento: un amor muy afectivo, muy estético, muy simpático, pero que más que una decisión verdaderamente humana y libre, podríamos decir que se trata de una ocurrencia... Incluso te podrías preguntar: ¿a quién amo de verdad: a la persona o a la idea que tengo en mi cabeza de como quiero que sea la persona? Ese amor, primero, tiene que madurar, tiene que dar un paso para dar lugar al segundo tipo de amor, la segunda faceta, el amor de donación. El momento en el que ese amor se va liberando de la fantasía e idealización de la persona amada y vas conociéndote tal y como eres, y vas creciendo en la capacidad de acogida del otro como es, con sus defectos y virtudes, y de entrega al otro tal y como eres.

Y lejos de lo que pueda decirte la sociedad: que tú eres grande por tu potencial sexual o tu atractivo físico, tú eres grande por tu capacidad de entregarte con todas tus fuerzas y facultades, con todo tu cuerpo y alma comprometiéndote en un amor verdaderamente humano, total, fiel y exclusivo.

Y esta es la definición del amor al que tiende el noviazgo: el amor conyugal, esa tercera faceta del amor. Y como hemos visto, esta evolución, este proceso de maduración del amor, parece obvio que en cada momento el amor se expresa de una manera distinta, tiene diferentes manifestaciones.

¿Y qué ocurre cuando se va demasiado rápido? Se queman etapas y no se respetan las sanas distancias, pues que las rupturas de los noviazgos se convierten en algo realmente traumático, como «minidivorcios». Y aquí resulta inevitable mencionar las relaciones prematrimoniales. ¿Por qué no puedo acostarme con mi novio si le quiero? Nadie duda que no le quieras, pero –como hemos visto antes– el amor tiene un proceso de maduración y el ejercicio de la sexualidad es una manifestación de un amor muy específico y muy maduro que se da en el amor conyugal. Y es que hay una diferencia básica entre el noviazgo y el matrimonio: los novios están tanteando si ese amor entre ellos merece un compromiso eterno con todo y para siempre, mientras que en el matrimonio ya existe ese amor comprometido.

Un sí a destiempo no favorece un conocimiento más profundo del otro, sino que acrecienta la ceguera del enamoramiento y tapa los problemas, evitando que se solucionen. Además, esclaviza una de las partes por el miedo de perder al otro, o incluso puede fomentar que algunos de los dos sienta ese egoísmo de utilizar al otro porque ese sí a destiempo reduce la relación a la mera búsqueda del placer momentáneo. Entonces, después de lo que hemos dicho, puede parecer que el noviazgo no tiene entidad propia: que tenemos que pasar de puntillas sin tocar nada, ¡no lo vayamos a romper! Y no es cierto, aunque el noviazgo es una etapa transitoria que no es para siempre, hay que vivirlo a tope.

Los novios necesitan un ideal grande, común a ambos, que totalice la relación e implique a los dos. ¿Y acaso hay un ideal más grande y más completo que el de vivir en santidad el momento presente de discernimiento, conocimiento mutuo y crecimiento de la capacidad de comunión?

En la santidad es el modo verdaderamente humano de vivir la vida paso a paso, y este es el plan de Dios para los novios: vivir el noviazgo en santidad. Claro que así dicho queda muy bonito, pero muy amplio.

Yo os voy a dar cinco consejos sencillos para que viváis vuestro noviazgo en santidad.

El primero, es que tengáis un amor generoso. Hay que sacrificarse, hay que salir de uno mismo, adelantarse a lo que necesita el otro, a lo que necesita la relación.

En segundo lugar, la paciencia. Estás complicada, pero hay que entender que cada uno tiene su tiempo; hay que saber esperar por el otro para poder comprenderse y caminar juntos.

En tercer lugar, la humildad. Un noviazgo no necesita dos personas perfectas, pero sí tienen que se humildes, tiene que haber cabida para la corrección fraterna; saber corregir al otro cuando está equivocado con humildad; pero también saber aceptar la corrección con humildad y, por supuesto, hay que saber tragarse el orgullo para pedir perdón y perdonar al que se arrepiente.

En cuarto lugar, hay que ser auténticos. No sirve de nada simular lo que no se es. La sinceridad es esencial para que el amor madure, porque no se puede amar aquello que no se conoce.

Y en quinto lugar, la castidad. Y me diréis: perdona, te has equivocado de momento histórico para dar la charla porque esto ya no se lleva nada, sería de la Edad Media o algo así. Pero no, la castidad es algo muy importante para vivir un noviazgo completo y santo. Llamamos castidad a ese amor fuerte que me hace dueño de mí mismo para poder entregarme y amar de verdad. ¡¿Cómo voy yo a elegir libremente, darme a alguien, entregarme a alguien y amar a alguien si soy una marioneta de mis propias pasiones?! ¡Quién no es dueño de sí mismo nunca podrá amar a alguien plenamente y hacerle feliz de la misma forma!

Puede que no hayas estado viviendo tu noviazgo de esta manera a esta ahora, pero ¿por qué no empezar desde hoy?; o quizás no tengas novio todavía, pero el corazón se va educando desde ya y la santidad es para todos y en todo momento. Hemos nacido por, en, y para el amor. ¡No tengáis miedo al compromiso! Recordad que el amor verdadero no pasará jamás.

¡Muchas gracias!

Enseñanzas del padre Jorge Loring Miró a los novios

Es muy importante que los novios se conozcan muy bien antes de casarse. Puede una chica tener un gran atractivo corporal, ser muy simpática y desenvolverse con soltura en la vida social, y sin embargo tener defectos que pueden hacer sufrir mucho a su marido. Por eso las relaciones deben durar por lo menos de un año a dos. En menos tiempo es muy difícil llegar a conocerse bien y es posible que después de casados aparezcan defectos insospechados que pongan en peligro la felicidad matrimonial.

Por eso el noviazgo no es una diversión, ni un placer, sino una escuela preparatoria para el matrimonio, que es una de las misiones más grandes y más serias que Dios ha confiado al hombre y la mujer.

Consejos del padre Jorge Loring Miró ante las tentaciones

  • No perder la calma: estar seguros de que todas las tentaciones pueden vencerse con la gracia de Dios.

  • Encomiéndate a Dios y la Virgen Inmaculada, que jamás abandonan a los que acuden a ellos.

Jorge Loring Miró (que descanse en paz): «En el hombre la atracción hacia el otro sexo es más carnal; en la mujer es más sentimental. No es raro que un chico sienta atracción sexual sin amor; y una chica amor sin tener deseos sexuales. (...) Hay que enamorarse del alma más que del cuerpo».

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Las tentaciones son el pan nuestro de cada día, querido @gabriel-arica. Un post inspirado en la fidelidad que debe existir y el respeto en la pareja antes de convivir, gracias por las referencias y por compartirnos tu enfoque desde el punto de vista religioso. Te abrazo con cariño!...

Todos somos tentados de una u otra manera. Por ejemplo, yo pudiera tentarme en comer arepas, claro, si es que alguna vez visito la hermosa Venezuela, madrina @MarybellRG.

Amigo me gusta tu publicación sobre las tentaciones en el noviazgo. Es muy hermosa. Tienes mucha razón hay que quemar las etapas., no se bebe ir tan rápido en una relación de noviazgo. Para poder conocerse y comprenderse.
Jorge Loring Miró tenía mucha razón cuando decía: "hay que que enamorarse del alma más que del cuerpo".
Un abrazo.

Maravillosa amiga @Mafalda2018, lo tienes muy claro. Me alegra saber que es así. Tal vez te tientes leer ese libro o ver los videos del padre Jorge. En todo caso, ese libro y los videos están en internet, por si estás interesada.

Hay tentaciones por todos lados, estar atentos durante el noviazgo sobre el comportamiento de ese novio o novia sobre las tentaciones que le pone la vida nos pone alertas sobre esa pareja. Es muy importante esa observación. @gabriel-arica lo que pasa que cuando uno está enamorado no le para a esos detalles.

Bueno, amiga querida @Sacra97, estar en pareja es convivencia, lo que se opone al noviazgo cristiano. Por otra parte, estar conviviendo con alguien predispone tener relaciones sexuales, lo que no es lícito, pues aquello solo debe darse cuando el hombre y la mujer están casados.

Dios te bendiga, amiga.

Hola @gabriel-arica tienen mucha razón en conocerse bien primero, tal vez en el primer mes de conocer a alguien ya no te guste algo, como el tratar mal a tus padres o de costumbres que choquen con tus principios, por tal motivo hay que conocer primero a la persona en especial las chicas por años e incluso en secreto y cuando dan el paso de ser novios es porque ya tienen planes para el matrimonio. Y siempre manteniéndose castos hasta después del matrimonio, sino estarían cometiendo un pecado que se llama fornicación (tener relaciones sin estar casados). Hay culturas donde el hombre cuando se lleva la mujer a casa se considera matrimonio, es el caso de José y Maria la madre de Jesucristo. Y el apóstol Pablo recomendó a las personas que estaban ardiendo de pasión por que es algo común en las personas, antes de caer en tentación y pecado mejor es que se casen si realmente es amor, pero si es capricho mejor es que se queden como están. El Creador odia un divorciarse.

Gracias por comentar, amigo @ElAbuelo.

Sigo leyendo ese libro «Para salvarte», el que recomendé en una de mis publicaciones. Por cierto, hay videos en torno a ese libro, cuyo autor es el jesuita Jorge Loring Miró.