# Sobre Construir [Arte]
Sobre Construir [Arte]
Parece que las noches suceden todas en vano, porque poco a poco es lo que voy avanzando. El arte no paga las cuentas y la economía va apretando nuestro cuello, ¿porque entonces? Porque hacer algo que jamás se muestra, porque todo queda en las líneas que ya no caben en el cajón. Los soles pasan y también mis minutos, me pregunto si acaso decir “la noche era fría, y la garua era poca, de esas lluvias que no mojan y solo pinchan” es la frase perfecta para acompañar a mis personajes.
Los personajes, y los diálogos, uno pasa tanto tiempo con ellos, lo acompañan en la intimidad soledad de los pensamientos que uno termina por tragarse que son reales. Solo en ese momento, cuando la metáfora que se escribe sobre la luna pesa más que la luna, y la descripción de la espada nos hace sangrar por el corte de nuestras manos al escribirlo, solo eso vale la pena. No me gusta el arte que no mate.
Porque el Arte se parece mucho a lo radical; veo en los hombres horribles, en los asesinos del zodiaco, tanto como en los puros, como Ghandi y Buda, la cara del artista. Pero no veo el arte en el pueblo que habla del diario y la televisión, ni en los autobuses abarrotados de música campirana. Solo hay arte en lo que gruñe, en lo que no quiere parar de gruñir.
No sé qué subtitulo podría poner aquí, en realidad, es casi una costumbre hacerlo. Escribir esto, subrayarlo en negritas; ¿para qué hacerlo? Costumbre. Pero el Arte es la costumbre de siempre nacer nuevo…
Una vez pase una hora frente al papel sin poder escribir nada, pero si escribí algo, escribí este momento; ¿Qué se puede aprender del vacío? De la nada que hay en todas las cosas… todo se puede aprender, porque el pintor necesita que el lienzo este en blanco, Fidias no esculpe en mármol tallado si no en mármol bruto. En piedra vulgar, porque el arte es volver lo vulgar extraordinario. No, el arte es… hacerle entender a lo vulgar que siempre fue extraordinario
El arte no se enseña, no creo en las clases de arte. Creo que cada hombre es su academia, y que más bien le hace recurrir a las costumbre de los antiguos filósofos griegos; reunirse cada noche y cada día a discutir sobre cualquier cosa, no son severidad, si no con franqueza, con una copa en cada mano. Al arte le gusta el vino, porque el vino tarda en hacerse, porque es amargo y dulce, porque los idiotas cuando lo beben lo escupen. El Arte es vino.
Al final no me decido, puede ser que escriba “La noche era pálida, y la lluvia gota a gota colmaba la acera como una copa apunto de derramarse”. Sigo pensando en esa lluvia, todo porque dos de mis personajes se encuentran bajo ella. No sé qué harán allí, a veces escribo sin saber el destino, y creo que a Dios le pasa lo mismo cuando nos escribe, si es que hay Dios y si es que nos escribe. Tal vez esos dos personajes se besen, o nunca se vuelvan a ver.
Como sea, la noche es fría. Y también corta, el arte no paga las cuentas. El arte es… cuando un hombre entiende a otro, pero también, cuando lo escupe al ojo desnudo.
Yo, siendo yo cuatro veces.
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Liberación. Y quizás aquí vaya bien una cita… sin embargo, no quiero buscar nada, tampoco recuerdo nada. ¿Saben que hare? Tomare el primer libro a la mano y me encuentro con esto:
A los hombres les aguardan cuando mueran tales cosas que ni esperan ni imaginan.
La cita es de Heráclito, el inconstante. El Arte es a veces no saber qué significan las cosas, y apreciarlas. Que es un poema, un poema es un misterio, no tiene sentido decir que uno usa el lado rasposo de la luna para afeitarse la barba. Una vez un amigo, a las afueras de un hospital y en la sombra de un mangle, me contó que había un loco en el manicomio de mi ciudad que había sido recluido allí por intentar secar el mar con un coleto.
Ese hombre- que por intentar tal cuestión llevaba en el recinto 13 años- es a mi parecer un iluminado. Siempre me ha parecido que los locos saben algo que nosotros no, que no podemos suponer; encerrados en la lógica de Aristóteles y las clases de historia, nos parece indecente cuando un hombre intenta secar el Mar con un coleto. Porque bien pensado, cuando tuviera que exprimir el coleto saldría la misma cantidad de agua, y tarde o temprano, el mar volvería a estar ahí. Porque el hombre es menos fuerte que el mar, y los coletos son menos fuertes que los hombres.
Volviendo al tema de la noche… “La noche estaba mareada de tanto dar vueltas, y la lluvia no caía en el suelo, si no que levitaba sin tocarlo como dos mundos distantes”. No lo sé, quizás. Con algo se empieza… algún día terminare mi obra. Algún día parara de llover; y los hombres entenderán que el arte no se construye, si no que nos descontruye a nosotros, que nuestras venas y nuestra sangre, son los ladrillos de sus paredes. Ese día las flores no serán más coloridas, ni la tiranía caerá en el mundo. O quizás si.
A veces creo que un hombre puede secar el Mar con un coleto. Porque sinceramente eso hace que este mundo sea menos miserable.
**-Luis Rafael Moya, lamentablemente![webcam-toy-foto2.jpg]