Cuento 1. Evidencia perdida
Esa misma noche necesitaba detalles de su vida, y aunque pasé toda la noche leyendo el artículo más interesante de la obra, no conseguí la evidencia perfecta para declararla culpable; noche tras noche leía cada capítulo, y aun así no encontraba rastros de su delito. Una madrugada cuando me comí todas las líneas, supe al fin que ella, había ahogado todas las serpientes en un vaso de leche y había quemado en su silla de madera todas las mariposas azules que su hermano guardaba en la gaveta de su cuarto.
Nunca llegué a sospechar que su hermana apretara el corazón frágil de su propia sangre, y se divirtiera con la llegada de su muerte.
Hey, que genial manejo de las palabras, contaste una gran historia con muy poco, eso es algo que me parece bastante difícil, sigue así ^-^
Gracias amigo, me encanta escribir... Te seguiré y también te leeré
Amiga como siempre muy hermoso! Felicitaciones!!!