De mascaradas
Sobre lo que pasó, y que pese a todo no nos duele...
Atentado, intento fallido, mensaje, muchas descripciones. En Argentina, Uruguay, México, Estados Unidos, Italia... habría sido noticia y situación de alarma. Un caos. ¿Aquí? No joda, aquí he visto más chistes y memes sobre una situación aberrante, que información pertinente o preocupación de algún tipo.
Mencionaré algo explícito; cuando vi la grabación, cuando presencié la cara de terror de Cilia, de Maduro, de todo el gabinete, sentí exactamente lo mismo que cualquier venezolano: nada. No me interesó en lo más mínimo lo que les ocurriera, si es que algo les hubiese ocurrido. Pero esa no es excusa para no estar alarmado. Estamos hablando de un intento de asesinato a vox populi.
Hace unos días estaba tomando mi camionetica (autobús pirata) habitual para llegar al metro, y necesita obligatoriamente pasar frente a la estación de metro Petare. Mientras bajábamos por la avenida principal, se escucharon disparos a pocos metros de la unidad. Como cosa rara, un asalto, un herido de bala y otro apuñalado. El autobús no se podía mover porque delante había otro que estaba detenido por el acontecimiento. La gente se apartaba para no salir herida, y nosotros estábamos asfixiados, contra las cuerdas en un nido de ratas. Tenía frente a mí la panorámica de un crimen que se estaba consumando, y no podíamos hacer nada más que agacharnos y esperar a que no se les escapara un tiro y nos atravesara a nosotros. La camionetica del frente arrancó, y nosotros apenas ella se moviera. ¿Mi sorpresa? La gente se reía, pero no de histeria ni de nervios. Se reían de la esposa del dueño del lugar, porque había salido en bata y sandalias a lanzarle una silla a los tipos, para que no mataran a su marido a balazos. No supe lo que ocurrió después, y prefiero no asumirlo tras haber escuchado otros dos tiros en la lejanía.
Estamos en una posición tan enferma que la sensibilidad, que resulta natural cuando hay un factor "x" atentando contra nuestras vidas, ya no existe. Se desvaneció. Se trasladó hacia algún lugar del mundo donde aun se encuentra humanidad incipiente. La humanidad, que hace un par de años me habría causado sustos, angustias, por una situación tan tensa como un intento de magnicidio frustrado, se enterró a punta de miseria y costumbre; se fue al garete por la normalización de la barbarie, por el gobierno y el dominio de titanes.
Aunque no me quede humanidad suficiente para asustarme porque estén matando a alguien a tiros, y que lo único que se encuentre entre esa bella escena y yo sea un vidrio y un par de personas, sí me queda la suficiente como para entender que algo está mal. Huele a podrido, huele a muerto-e-. Es la vida que se nos escapa de las manos, que nos deja con cráneos vacíos y nos transforma en lo mismo que nos gobierna: titanes.
Yo no siento nada por el atentado, tampoco sentí nada por la escena en Petare, pero sí siento que nos iremos a la mierda si no empezamos todos a volver a sentir; y tenemos que comenzar por lo más obvio: ayer intentaron asesinar al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela; y peor chiste que la cara de Maduro ante lo casi inminente, es aquel que habla del venezolano que finge dolor ante su país, pero no hace algo ante tal locura, además de un circo ante lo absurdo.
Si una bomba no es suficiente para despertar una nación, una guerra civil solo se verá como una escena inocua en un espectáculo presencial de títeres.
Sin título, Pedro León Zapata
Emiliano, desde hace un par de meses he estado trabajando en una serie fotográfica de autorretratos, donde tomo la figura de Mefistófeles y la relaciono con la del venezolano. Digamos que se trata de una suerte de sátira de un chauvinismo absurdo y utilizado para alimentarse de otros. Tuve que parar con la serie porque no sabía cómo representar lo que pretendo que sea mi discurso. Le he mostrado las fotos a varias personas para que me digan qué ven o de qué otra manera lo puedo escenificar. Leyendo esto me acabas de aclarar un montón de cosas.
Totalmente... hemos dejado de sentir.
Sigue escribiendo, chico.
Besos y abrazos.