Día 2: Playa Madera✨🏖️🌊☀️

¡Holiiiis, mi gente bella de Steemit! 🌊☀️📸 Aquí les traigo la continuación de mi relato sobre el viaje de tres días a Playa Madera, en Anzoátegui, junto a mis amigos de la universidad y mi novio. Si el primer día fue pura emoción con la llegada y el primer chapuzón, el día 2 tuvo su propio encanto, lleno de risas, descanso y momentos que quedarán guardados en la memoria.

_{Portada de mi autoría creada con PicsArt}

Día 2: Despertar tarde, empanadas y sol playero 🌴🥟🌞

Después de la locura del día anterior, donde nos acostamos nada más y nada menos que a las 6 de la mañana hablando, riendo y disfrutando en la casa de playa, el segundo día comenzó más tarde de lo habitual. Nos despertamos a las 10 am, todavía con esa mezcla de cansancio y felicidad que solo se siente cuando compartes con gente que quieres.

Lo primero que hicimos fue organizarnos para ir a Playa Arapito, que queda cerquita y es famosa por sus empanadas. Y claro, no podíamos dejar pasar la oportunidad de desayunar con ese sabor tan venezolano que te llena de energía. El camino fue corto, pero lleno de bromas y comentarios sobre lo tarde que nos habíamos acostado. Al llegar, pedimos varias empanadas: de queso, cazón y hasta de camarón. Cada mordisco era un recordatorio de lo rico que es disfrutar la costa oriental con su gastronomía sencilla pero sabrosa.

Con el estómago contento, regresamos a Playa Madera para seguir con lo que más nos gusta: bañarnos en el mar y disfrutar del sol. Apenas llegamos, nos pusimos los trajes de baño y corrimos directo al agua. El mar estaba tranquilo, con un color azul que parecía sacado de una postal. Nos lanzamos chapuzones, jugamos a ver quién aguantaba más tiempo bajo el agua y hasta hicimos competencias improvisadas de nado.

El sol estaba radiante, y aunque sabíamos que había que cuidarse, nadie quería perderse la sensación de estar tendido en la arena, escuchando las olas y dejando que la brisa nos acariciara. Algunos se quedaron tomando el sol, otros se pusieron a jugar con la pelota, y yo aproveché para tomar fotos con mis amigos y mi novio. Las imágenes capturaban la alegría del momento: sonrisas espontáneas, poses divertidas y esa complicidad que solo se da cuando compartes con personas que han estado contigo en las buenas y en las malas.

La tarde fue un desfile de momentos simples pero valiosos. Caminamos por la orilla, recogimos conchas y nos reímos de las ocurrencias de cada uno. También nos tomamos fotos grupales, esas que después se convierten en recuerdos que uno guarda con cariño. El sol iluminaba todo con un brillo especial, y la playa parecía un escenario perfecto para celebrar nuestra amistad y los logros recientes como graduados.

Ya entrada la tarde, nos sentamos en la terraza de la casa de playa a descansar un poco. Entre conversaciones y planes para el futuro, nos dimos cuenta de lo afortunados que éramos de estar allí, compartiendo ese viaje en un lugar tan hermoso. El día 2 fue menos intenso que el primero, pero igual de especial: tuvo sabor a empanada y olorcito a mar

Saludos y bendiciones para todos💗💗💗

Todas las imágenes de éste post son de mi autoría y de mi galería personal