¡La fe tiene su lugar en el Valle de la Sombra de la Muerte!

in #dios4 years ago (edited)

En todos los asuntos espirituales hay una paradoja, porque todas las cosas son así a la vez.

Y para un mundo atrapado en el espacio y el tiempo, no hay lugar para que todas las cosas sucedan a la vez. En cambio, todas las cosas son lineales, un camino que hay que recorrer. ¿Cómo podemos decirte que es un círculo en espiral en un lugar? No podemos decirte estas cosas, porque no tienen sentido.

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Así que hablamos de recorrer un camino polvoriento, de senderos estrechos, de ser un peregrino y de estar en una búsqueda.

Sin embargo, la experiencia real del desarrollo de la fe se forja en el aire en el más absoluto desconocimiento y, a menudo, en el miedo y el pánico por el paso que se ha dado y el dramático desconocimiento de ese paso.

Por eso le decimos que, de hecho, hay que aceptar la total vulnerabilidad de no saber, de actuar como si se fuera fiel. Porque sólo cuando se actúa de esta manera se aceleran los procesos de evolución espiritual, de modo que finalmente se pueden tener experiencias inmediatas de tabernáculo con el Creador. Es esta experiencia inmediata de unidad con la deidad la que informa la fe de uno.
Estos momentos en la cima de la montaña de las experiencias de uno dentro del patrón de encarnación son oro precioso, para ser atesorado en la memoria y ser recordado una y otra vez, porque la fe no tiene su lugar en la cima de la montaña.
La fe tiene su lugar en el Valle de la Sombra de la Muerte, si podemos citar de nuevo sus obras sagradas.

Así, uno actúa como si tuviera fe, y al hacerlo es fiel. Pues nada puede ser comprendido o conocido. Esto es muy importante para darse cuenta dentro de su ilusión.