Hoy le dedicare unas lineas duras a aquellos hombres que se consideran "buenos", es decir esas excelentes personas que en el fondo no se explican su insatisfacción.

Toda mi vida he sido una persona muy observadora...

He visto:

Gente increíblemente talentosa, llena de títulos y habilidades, ser segundones en su vida profesional.

Amigos llorar por mujeres que básicamente pasaron coleto con ellos.

Y yo mismo he visto a mi chica literalmente irse con el patán del barrio.

¡Que Dolor!

Pues bienvenido a la vida adulta amigo mío, un lugar áspero, frío y sobre todo injusto, lleno de cosas mucho peores que esas.

Maquiavelo, el pensador político mas importante del renacimiento, en su famoso tratado El Príncipe, nos regala el por qué de esta desgracia: "Porque un hombre que quiera hacer en todo profesión de bueno, fracasará"

En este libro, el pensador ilustra brillantemente la paradoja de como las virtudes en un líder pueden ser la ruina, si estas no están acompañadas de una buena dosis de pragmatismo.

Si deseas alcanzar la gloria, esa con la que sueñas despierto, tienes que pagar caro. Debes estar preparado para las amenazas, las mentiras, las intrigas y las personas con motivos ocultos. Debes ser capaz también de levantarte de la mesa, hablar duro, dar un manotazo cuando sea necesario, sin importar que te llamen grosero ¿O te consideras muy buena gente para eso?

Podríamos pensar que tales cualidades vienen asociadas a un matón o a algún personaje arrogante y violento, digno del gobierno chavista de Venezuela, nada que ver. Lamentablemente la sociedad moderna, caracterizada por la abundancia de ideologías tóxicas, como las feminazis pareciera trabajar permanentemente en adormecer y domar al hombre moderno.

Imagina a esa chica que tanto te gustaba hacia tiempo, que conociste en esa clase de idiomas o en algún evento, y con la que seguro hubo algo de química y coqueteo, pero que cuando percibió que su inmenso poder sexual no estaba a tu alcance, simplemente dejo de darte cuerda. ¿Pero cómo? Si yo era tan bueno

Te cuento que su peor pesadilla es un hombre valiente, agresivo (OJO, no es lo mismo que violento) y en el fondo no desea complacer a nada ni a nadie más que a su propia naturaleza. Un hombre que quizás tenga todas las virtudes de un buen cristiano, la reencarnación de Jose Gregorio Hernandez si lo desea, pero que a la vez sepa leer su deseo de ser dominada y también dominar.

¿Es posible honrar tus virtudes bondadosas y a la vez tener éxito en la vida?

¡SI!

Pero tiene su ciencia...

Para empezar debes preguntarte cuales motivos reales esconden tal actitud.

Bien por ti si eres fiel a tus principios. Ser amable, cortés, generoso, respetuoso y honesto te ganara la admiración de los que te rodean, siempre y cuando la complementes con una verdadera masculinidad. Si en cambio lo haces por temor a los demás y para complacer un idealismo trasnochado, no eres mas que un manipulador.

Para alcanzar dicha masculinidad debes mirar muy adentro de ti. Debes reinventarte, debes despertar, conectarte con tus instintos primarios. Caminar año tras año por el mismo sendero desierto lleno de insatisfacción, eventualmente te llevara a replantearte las cosas. Llegado ese momento adopta una actitud combativa, abrázala y no la dejes ir.

Recuerda que la moral no puede ser un fin en si mismo, quedar bien no puede ser tu principal mandamiento. Debes regirte por la verdadera realidad y no por utopías irreales sobre el amor, el trabajo, los negocios o el sexo.

Sonara trillado pero para construir tu masculinidad debes trabajar por tus sueños. Tu destino no es jubilarte y morir en la mecedora del porche viendo episodios repetidos de El Zorro en Venevision.

A medida que sigas estos consejos créeme que en el camino llegaras a incomodar a muchas personas, que trataran de castrarte por no adaptarte a su molde.

Y como decía Maquiavelo: El fin justifica los medios

Que se jodan

¡Saludos!