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RE: Uso didáctico del minicuento. La Lechuza de Minerva, Revista de Humanidades. N° 3

in #equipocardumen6 years ago (edited)

Un post bien organizado, @reicard, sobre una noción que permitiría iniciar, sistemáticamente, el gusto por la lectura.
Desde mi reflexión una llave para entrar a la imaginación y la curiosidad, no solo de niños sino de toda clase de personas que, hay que admitirlo, no le dan a esta actividad la menor importancia. Creo que el énfasis debería colocarse sobre las posibilidades comunicativas del género(aunque el formato exija un número preciso de palabras que lo caracterizan como minicuento) que serían, al final, las de toda la literatura. Sentí un metamensaje perjudicial al objetivo que se busca en la frase justificativa "...los alumnos han adquirido el inevitable hábito de lo breve" sobretodo si la comparamos con el tiempo que niños y adolescentes dedican a los videojuegos y con la compulsión que han desarrollado al respecto. Me parece que lo que apunto ayudaría a redireccionar el hermoso trabajo de incentivo a la lectura más hacia el disfrute y no desde la evitación. Felicitaciones por tu post, aunque de los más largos de la Lechuza, se volvió cada vez más interesante. Un abrazo.

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Saludos, @gracielaacevedo. Agradezco tu lectura y comentario.
Cuando se trata de animación de la lectura en el caso de niños, el énfasis debe estar puesto en el disfrute del texto más que cualquier otra cosa, sus fines recreativos. Incluso más que "las posibilidades comunicativas del género" que señalas; todo lo demás debe incorporarse progresivamente.
No ha sido mi intención justificar negativamente el asunto de la brevedad, rasgo intrínseco del minicuento, sino de buscar responder a un hábito (real, concreto) de los niños que queremos convertir en lectores. En especial si no quiero ser demasiado violento en ese proceso, y busco acercar progresivamente a ese niño a la literatura. Insisto: necesitamos ofrecer cosas a los niños que respondas a sus intereses, de modo que seamos aparentemente complacientes. De otro modo, solo conseguiré el rechazo en lugar del acercamiento. Si sigo pensando, por ejemplo, que el problema es que el niño invierte mucho tiempo en el videojuego en lugar de reflexionar qué tienen de atractivo para él, de modo que pueda apropiarme de eso para usarlo estratégicamente como herramienta para facilitar ese acercamiento con el libro en cualquiera de sus formatos, no nos encaminaremos hacia un cambio significativo de la situación.
Ha sido un gusto encontrarse con un comentario tan detenido y reflexivo. Un abrazo.