Un adiós
Su mirada era como la luz de una nueva vida
Sus labios como pétalos de rosa marchita , en busca del agua de la pasión
Como un fantasma de tierra, con pasado, sin futuro
Vi muchas veces sus gestos perderse en el desván de sus recuerdos.
Vi como se daba una nueva oportunidad.
Como un ave fénix renaciendo de entre sus cenizas.
Contemplaba como el color de su pelo se mezclaba con el ocaso atardecer color naranja.
La vi entregarse como si no existiera un mañana, era mágico hechizante sin oposición alguna, como si de un conjuro se tratara.
Fue sol en mis mañanas, fue luna en mis noches y estrella de madrugada.
Sonrisa que alienta.
Palabra que da fuerza.
Un cigarro, Un café.
Un buen tema de conversación que surge espontáneamente.
Vi su cielo oscurecerse y el silencio de paz convertirse en ruidos tormentosos.
La vi caer varias veces sujetando sus sueños con fuerza.
Vi escaparse una lagrima por su mejilla, cristalina como un pequeño diamante, sublime, te rompía el corazón.
La vi luchar bajo la tormenta implacable.
Como corriente de rió que no se detiene.
Como olas en el mar, incesante.
Y así tal cual llega la noche, vi el brillo de su mirada oscurecerse.
Era intermitente, como luciérnaga en la oscuridad.
Y un día sin mas, la vi marcharse.
Bajo el manto negro de la noche y una luna roja como la sangre.
Sin mirar atrás.
Tal como llego.
Como un fantasma de tierra.
Con un pasado, presente incierto, sin un futuro.
Su maleta repleta de decepciones y desilusiones.
Tan frágil y fuerte a la ves.
Intermitente.
Pero sujetando sus sueños fuerte.
Sin dejarlos caer.