Un día perfecto en Formentera: qué ver, a dónde ir y qué hacer
Formentera es de esos lugares que parecen diseñados para que el tiempo vaya más lento. La isla más pequeña de las Baleares combina playas de agua turquesa, senderos tranquilos, chiringuitos con ambiente relajado y rincones que conservan un espíritu auténtico, casi mediterráneo en su definición más pura. Visitarla es como entrar en una postal que cobra vida. Da igual si viajas en solitario, en pareja, con amigos o con niños: Formentera tiene algo que encaja perfectamente con cada estilo de viajero.
Este artículo te propone un itinerario completo para disfrutar un día ideal, de esos que se recuerdan toda la vida. Desde cómo llegar hasta qué actividades no deberías perderte, pasando por los mejores lugares para comer, nadar, relajarte y observar el atardecer.
Cómo llegar a Formentera
La isla no tiene aeropuerto, así que todos los viajeros llegan por mar. La opción más habitual es tomar un ferry o un catamarán Ibiza Formentera, que sale varias veces al día y tarda alrededor de 30 minutos. El trayecto ya es parte del viaje: el mar azul profundo, el aire cálido y la sensación de dejar atrás el ruido para entrar en una isla donde reina la calma.
Si vas en familia, es un viaje rápido y cómodo. Si viajas con amigos o en pareja, el trayecto se convierte en ese momento perfecto para empezar a desconectar. Y si viajas solo o sola, la travesía tiene algo meditativo: el horizonte, las olas, la promesa de un día perfecto.
Primera parada: Playa de Ses Illetes — el paraíso en miniatura
Si hay un lugar que no puede faltar en tu recorrido es Ses Illetes, la playa más famosa de Formentera y, para muchos, una de las más bonitas del mundo. Su fama es merecida: arena blanca, agua transparente y un ambiente que mezcla familias, parejas y viajeros que llegan buscando relajarse o nadar en un mar que parece una piscina natural.
Aunque en temporada alta puede haber más gente, llegar temprano cambia completamente la experiencia. A primera hora, Ses Illetes tiene un silencio especial, casi sagrado. Las tonalidades del agua pasan del turquesa al azul claro, y la brisa invita a quedarse simplemente mirando el horizonte.
¿Qué hacer en Ses Illetes?
Nadar: El mar es perfecto incluso para niños, porque tiene zonas muy poco profundas.
Caminar por la costa: Puedes recorrer los senderos y encontrar pequeñas calitas más tranquilas.
Tomar el sol sin prisas.
Hacer fotos: la luz de la mañana es increíble.
No hace falta mucho para disfrutar este sitio. A veces, lo mejor es hacer… nada. Simplemente dejarte llevar.
Explorar Formentera en moto, bici o coche
Una de las experiencias más especiales de la isla es recorrerla con libertad. En el puerto puedes alquilar moto, bicicleta o coche. La elección depende de tu estilo de viaje:
Bicicleta: ideal para viajeros tranquilos y aquellos que quieren moverse de forma sostenible.
Moto: práctica, rápida, perfecta para parejas o amigos.
Coche: la opción ideal para familias o quienes buscan comodidad y sombra.
Lo maravilloso es que las distancias son cortas. En menos de 25 minutos puedes cruzar la isla de punta a punta por carreteras rodeadas de pinos, muros de piedra y paisajes rurales que muestran un lado más auténtico de Formentera.
Faro de La Mola — el horizonte infinito
Después de Ses Illetes, una visita imprescindible es el Faro de La Mola. Está situado en el punto más alto de la isla y ofrece una vista espectacular del mar chocando contra los acantilados. Muchos viajeros describen este lugar como “mágico”, y no es una exageración.
Aquí el viento sopla diferente, más fresco, más libre. La sensación de estar en “el borde del mundo” hace que incluso los niños se queden un momento en silencio, observando el paisaje con admiración.
Una parada ideal para…
Hacer fotos panorámicas
Meditar o respirar profundamente
Sentarte en el borde del acantilado y dejar que el sonido del mar lo llene todo
Viajeros que buscan inspiración para escribir, dibujar o simplemente pensar
El Pilar de la Mola: mercado artesanal y ambiente bohemio
Si tu visita coincide con día de mercado (normalmente miércoles y domingos), no te pierdas el Mercado de La Mola. Es un lugar lleno de artesanos, música en vivo y un ambiente relajado, perfecto para llevar un recuerdo auténtico de la isla.
Aquí encontrarás desde joyería hecha a mano hasta ropa, cerámica y pequeños objetos únicos. También es un paseo agradable para las familias y un buen lugar para descansar a la sombra mientras tomas un zumo o un pequeño snack.
Cala Saona: aguas tranquilas y un color que enamora
Tras explorar La Mola, toca un cambio de escenario. Cala Saona es una playa acogedora, rodeada de rocas rojizas que contrastan con el mar transparente. Es menos extensa que Ses Illetes, pero igual de impresionante.
Qué hacer en Cala Saona
Nadar en aguas muy tranquilas
Hacer snorkel cerca de las rocas
Relajarte bajo la sombra de un pino
Ver barcos y pequeñas lanchas flotando en un mar casi inmóvil
Es un lugar fantástico para viajeros con niños y también para quienes buscan una playa con más intimidad.
Hora de comer: sabores mediterráneos
A la hora del almuerzo, Formentera ofrece muchas opciones. Aunque hay restaurantes para todos los gustos, en la isla destaca la cocina mediterránea: pescado fresco, ensaladas, arroces y platos sencillos pero llenos de sabor.
Recomendaciones generales para comer bien en Formentera
Elige lugares pequeños o con vistas al mar.
Prueba platos típicos como la ensalada payesa, el pescado a la plancha o un buen arroz meloso.
Si viajas con niños, la mayoría de restaurantes tienen opciones sencillas y variadas.
En temporada alta, ve a comer temprano o reserva, para evitar esperas.
No mencionaré sitios concretos —la isla está llena de lugares encantadores, y parte de la magia es descubrirlos por ti mismo.
Tarde tranquila: rutas costeras y pequeñas calas
Después de comer, es buen momento para relajarte y continuar explorando. Una buena idea es recorrer la costa entre Es Caló y el Pilar de la Mola. Aquí encontrarás:
Calitas pequeñas y casi secretas
Piscinas naturales
Zonas rocosas perfectas para hacer snorkel
Senderos con vistas espectaculares
Este tramo de costa es ideal para viajeros solitarios y parejas que buscan lugares más íntimos, lejos del bullicio de las playas principales.
Experiencia imprescindible: excursiones a Formentera
Si quieres añadir algo especial a tu día, una de las mejores actividades son las excursiones a Formentera que recorren distintos puntos de la isla, ya sea por mar o por tierra. No necesitas reservar con ninguna organización específica si no quieres; hay opciones accesibles para viajeros que prefieren improvisar una vez lleguen al puerto o a la playa.
Estas excursiones suelen incluir:
Paradas para hacer snorkel
Visita a calas escondidas
Tiempo libre en playas paradisíacas
Rutas panorámicas
Son ideales para grupos de amigos y parejas, pero también para familias con niños que quieren pasar un día distinto, divertido y seguro.
Atardecer en Cap de Barbaria — el final perfecto
El Cap de Barbaria es uno de los lugares más icónicos de toda Formentera. Su faro, solitario y rodeado de un paisaje casi lunar, ofrece un atardecer que difícilmente se olvida.
Al llegar verás a viajeros sentados en las rocas, a parejas abrazadas, a familias haciendo fotos y a solitarios disfrutando del silencio. El sol baja lentamente, pintando el cielo de naranja, rosa y violeta.
Aquí, el tiempo parece detenerse. Es uno de esos momentos que justifican completamente el viaje.
Regreso al puerto y despedida de la isla
Cuando cae la noche, toca regresar al puerto. La energía del día sigue acompañando: la piel salada, el pelo con brisa marina, la sensación de haber vivido algo sencillo y perfecto al mismo tiempo.
El retorno en barco es tranquilo, casi íntimo. Muchos viajeros aprovechan para mirar el cielo, que suele estar despejado, o simplemente para recordar los colores del día.
Conclusión: un día para recordar
Formentera no es una isla para correr de un lugar a otro. Es una isla para sentir. Para mirar el mar, caminar sin prisa, comer bien, nadar en aguas cristalinas y disfrutar del presente.
Un día puede parecer poco tiempo, pero si lo aprovechas bien, puede convertirse en una experiencia inolvidable. Y lo mejor de todo es que Formentera siempre te invita a volver: cada visita es diferente, cada luz, cada playa, cada atardecer.
Viajes solo, en pareja, con amigos o con tu familia, la isla tiene algo para ti. Y un día perfecto aquí empieza siempre igual: con el deseo de no irse.
