Historia de inmigrantes

Esta es la historia de una tía que extraña infinitamente a sus sobrinos y que a través de la tecnología encontró una forma de estar un poquito mas cerca de ellos a pesar de los miles de kilómetros de distancia que los separa

Ayudo a mis sobrino de 5to grado con sus tareas a través de whatsapp y hacemos un gran equipo. Bendita tecnología, no sé qué haríamos sin ella.La tarea consistió en redactar un cuento infantil en el que se viera reflejado el valor de la solidaridad e ilustrarlo y este fue el resultado.

Las aventuras del pirata Malapata

Cuenta la leyenda que muchos años atrás, navegó en las aguas del mar Caribe, un temerario y aguerrido pitara, al que todos llamaban Malapata, por su fea pata de palo. Malapata como tantos otros piratas, surcaba los mares en busca del gran tesoro, ese del que todos hablan, el de incontables monedas y joyas de oro que aguardaba enterrado en numerosos baúles de madera en una isla desierta, a la espera de ser encontrado por el mas valiente, inteligente y conocedor de mares.

Durante su andar, muchas batallas libró Malapata, acumulando triunfos y derrotas, cicatrices, y hasta la pérdida de un ojo y una mano, ganando así el peculiar aspecto de un auténtico filibustero, uno como el de los cuentos, realmente aterrador, capaz de asustar al mas valiente de sus adversarios.

Un buen día, Malapata llegó a un hermoso lugar, era un verdadero paraíso de aguas cristalinas, arenas blancas y palmeras; sin dudarlo, el pirata pensó que ese era el sitio que tanto había estado buscando, el lugar marcado con una equis en el mapa y que seguramente en alguna parte de aquella espectacular isla, encontraría el tan ansiado tesoro.

Buscó sin parar durante días, pero no encontró ni las joyas ni las monedas de oro, pero por algún motivo no se quería ir. Después de mucho pensar, llegó a la conclusión de que el verdadero tesoro era el lugar al que había llegado, se sintió cómodo y se dispuso a disfrutar de lo que sería su nuevo hogar.

No conocía a las personas que allí vivían y no tenía la mínima intención de familiarizar con ellos, al contrario, pretendía infundir terror con su fea cara de pirata temerario; pero al poco tiempo comenzó a tener necesidades y los nativos del lugar sin dudarlo un segundo, ignorando su aspecto y sin siquiera preguntarle de qué país provenía le tendieron la mano, dándole así una gran lección a Malapata, el valor de la solidaridad.

Así con el transcurrir del tiempo, al ahora no tan malo pirata fue aprendiendo mucho de la cultura de aquellas personas, rica en valores, donde la generosidad y el respeto, siempre son lo primero, su aspecto siguió siendo igual, pero su corazón cambió por completo.

Un día cualquiera, pensando en todo lo que había vivido, se dio cuenta que después de todo, sí había conseguido un gran tesoro, no precisamente el que tanto había buscado, sino uno más importante, un hogar.

Y así Malapata paró su pata, en Venezuela.

Cuéntame tu historia para acortar distancias y para no extrañar tanto. ¿Qué haces en tiempo de cuarentena para acercarte a tus seres queridos?