Podemos destacarnos mucho más que otras personas, pero no porque se trate de una competencia ni porque llevemos la intención de opacar a nuestros semejantes. Surge simplemente porque nuestros deseos de superación nos inducen a buscar siempre la perfección. Por otra parte, no es que debemos opacarnos para permitirles los otros brillar; solo debemos prestarles nuestra ayuda para orientarlos, para encaminarlos hacia la consecución de su esplendor, porque cada quien debe aprender a utilizar sus herramientas para alcanzar la cima... Éxitos, amiga.