Sun arms | Brazos de sol
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Among the small and few things that I value is the warmth of this woman. I am —or was— an unfriendly full of complaints, like any other unhappy person; However, without speaking, silently and secretly, one night she taught me that human warmth thaws the glaciers of any wounded heart that for pain an ocean has cried. There were no ulterior motives in her kindness; I found my refuge there, in the hollow of her heart I saw my salvation.
I have learned to value her warmth, the calm that I find in her arms when they wrap me is immutable. After having a very bad day, I just want to get home, take off my shoes and throw myself on the bed like a sack of wheat that falls on a haystack, ready for grinding; However, when I hear her voice, when her hands touch me... I feel that I recharge my batteries, I breathe calmly again because the air is no longer harmful and outside the world is no longer at war, much less against me, it is only drawing a cruel scenario to test my tenacity and my courage. In this way I see things when I assimilate that I am counting on her.
I have learned to value her warmth. I longed so much for the pleasure of having someone to talk to, someone who was not only there decorating the empty room but was able to fill the uninhabited corners of my existence. That is why I am so comfortable in her womb, as a child who loves her mother, since she entirely brings me calm; It is the second dish on the table that I would never want to stop serving.
There is no doubt... There is no doubt... Human warmth thaws the glaciers of any wounded heart that for pain an ocean has cried. It is then the kindness, refuge of men and one of the few ways for the salvation —not divine— of our species.
Versión original en español.
Entre las pequeñas y pocas cosas que valoro está la calidez de esta mujer. Soy —o era— un antipático cargado de quejas, como cualquier otro infeliz; sin embargo, ella sin hablar, silenciosamente y en secreto, una mañana me enseñó que la calidez humana descongela los glaciares de cualquier corazón herido que por penas ha llorado un océano. En su amabilidad no se ocultaban segundas intenciones; encontré ahí mi refugio, en el hueco de su corazón vi mi salvación.
He aprendido a valorar su calidez, el sosiego que encuentro en sus brazos cuando me arropan es inmutable. Luego de tener un muy mal día solo me provoca llegar a casa, quitarme los zapatos y aventarme en la cama como un costal de trigo que cae sobre un pajar, listo para la molienda; sin embargo, cuando escucho su voz, cuando sus manos me tocan… Siento que recargo mis baterías, vuelvo a respirar con tranquilidad porque el aire ya no es nocivo y afuera el mundo ya no está en guerra, mucho menos en mi contra, solo está dibujando un escenario cruel para probar mi tenacidad y mi coraje. De este modo veo las cosas cuando asimilo que cuento con ella.
He aprendido a valorar su calidez. Añoraba tanto el placer de tener a alguien con quien hablar, alguien que no solo estuviera allí decorando la habitación vacía sino que fuera capaz de llenar los rincones inhabitados de mi existencia. Por eso es que tanto me acomodo en su seno, como niño que ama a su madre, puesto que enteramente ella me trae calma; es el segundo plato en la mesa que nunca querría dejar de servir.
No hay duda… No hay duda… La calidez humana descongela los glaciares de cualquier corazón herido que por penas ha llorado un océano. Es pues, la amabilidad, refugio de los hombres y una de las pocas vías para la salvación —no divina— de nuestra especie.
hermanitoooo, como esta todo? se le extraña brou :) le di mi numero a eugelys para que te lo diera :) en los que puedas escribeme por discord por whatsapp :)
Epa hermanito... Vale, ¡Ya le quito tu número para escribirte!