Una vez más me uno a este concurso que promueve @solperez. Sí, ya sé que el concurso está vencido, pero ya había escrito mi relato a partir de la obra: "La duquesa fea", de Quentin Massys. De modo que decidí compartir con ustedes mi texto:

La duquesa nació como una niña normal, pero a medida que iba creciendo se transformaba su rostro y su cuerpo, convirtiéndose en la joven más fea de la comarca, sus facciones eran muy masculinas, sus hombros anchos y muy musculosos, calva, y con ojos de sapo, casi un monstruo.

Pero era una mujer, y como mujer tenía que casarse y tener hijos, sus padres no sabían qué hacer, era casi imposible que algún noble aceptara cansarse con ella, por más grande que fuera su dote.

Muy cerca de allí, un joven y apuesto noble, era presionando por sus padres para que se casara pronto, ya que la familia necesitaba herederos, y ciertos problemas económicos aconsejaban un provechoso matrimonio.

Arturo, que así se llamaba el joven, era tan hermoso como ambicioso y caradura, era capaz de cualquier cosa por dinero y por romper con las costumbres de la época; así que ante la sorpresa de todo el mundo, aceptó casarse con la duquesa.

Fue una gran fiesta, donde ella tapó su rostro con un velo, pero que el viento por un momento lo dejó ver, y todas las damas se rieron, y los hombres le jugaron bromas pesadas a Arturo "Escóndela, que te la pueden quitar".

Realmente la idea de Arturo era cumplir con su deber de darles herederos a la familia, cubrir las apariencias por un tiempo, y luego darse la gran vida de "Don Juan".

Lo más sorprendente de Margarita, la fea duquesa, era lo hermoso de su voz, una voz tierna y a vez sensual, además le confesó a Arturo lo agradecida que estaba con él por haber aceptado lo del matrimonio. Por eso siempre le pedía que hiciera si vida como quisiera, que ella lo entendía:

-Yo sé que soy un monstruo, solo quiero tener mis hijos -le dijo la noche de bodas, con dulce voz y la cabeza gacha.

Y así lo hizo Arturo, ya rápidamente Margarita dio a luz unos gemelos, una niña y un niño, ambos bellos y sanos.

Arturo se emocionó mucho con los niños, y pasaba mucho tiempo con ellos, y como Margarita era muy atenta con él, comenzó a pasar cada vez más tiempo en su palacio, y aunque aún seguía con sus aventuras, se sentía cada vez más apegado a tranquilidad de su hogar.

Y así, poco a poco, Arturo dejó de ser el "Don Juan" de antes, y para asombro de todos, se paseaba por todos los lugares con su fea esposa y sus gemelos, orgulloso y feliz.

Cuando Arturo llegaba de sus aventuras encontraba a Margarita feliz, cantando dulces melodías y dispuesta a atenderlo en todo lo que él necesitara. Poco a poco se fue acostumbrando Arturo a la fealdad de Margarita, y se quedaba largo rato conversando con ella, muchas veces hasta al amanecer.

Ahora no le gustaba a Arturo que sus amigos y amantes de burlaran de Margarita, y hasta estuvo a punto de batirse en duelo con alguien que la llamó "La bestia".

Por último, se corrió la voz de que Arturo había sido embrujado, y este, para evitar problemas mayores, se mudó muy lejos, con su Margarita y sus gemelos, donde cuentan que tuvo muchos hijos más y vivió feliz hasta el final de sus días.

Fin