Siempre he sentido que el mar en sí mismo es una especie de medicina para el cuerpo y el espíritu, una cura para el estrés y calma para el alma. Su sonido, si lo permites, te puede transportar a lugares a los que solo tu y tu imaginación pueden ir. La siguiente fotografía la tomé en la playa "El Peñón". Era domingo, y a pesar de que hacía calor, el frescor de la brisa marina no te permitía percibirlo en su totalidad. Los pescadores, que regularmente se encuentran por la orilla, descansaban en sus hogares, los lugareños nos dejaron disfrutar de la serenidad de las olas y la calma general del lugar.

Sin música que perturbara mis pensamientos, caminé toda la orilla hasta que encontré, al otro lado, la sombra de un pequeño árbol en el que me refugié del sol y me dio la oportunidad de observar, en silencio, la belleza natural que me rodeaba y desde allí tomar las fotografías que hoy comparto con ustedes. Con luz natural y la mejor de las modelos, La Naturaleza.

Pocos son los lugares en los que puedes obtener paz y al mismo tiempo entretenimiento, con un mínimo esfuerzo y en la mayoría de los casos, de forma gratuita. Las visitas al mar traen consigo bienestar y armonía y dentro de este contexto les puedo decir que el agua de mar facilita la cicatrización de pequeñas heridos. A pesar de los pro y contras que podamos encontrar en la internet acerca del mar, la experiencia propia es la que de alguna forma, te dará una mejor visión al respecto.