Que belleza, cuanta realidad. El poema de Cavafy nos demuestra además de la contundencia de su certeza, que ni la época, ni la edad ni el lugar cambian la esencia de lo que somos y que no hay que dejar escapar ni un instante.
Es necesario saborear la vida, detenernos en los detalles, observar a nuestro alrededor y sobre todo a quienes nos acompañan en el camino.
Hermoso Sol. Gracias por compartir este poema.
Gracias por este comentario tan bello, mi querida Eva. Siempre es bueno que nos recuerden que la vida es breve, y que debemos disfrutarla haciendo lo que nos dicta el corazón. Un abrazo.