Concurso| Cantémosle a la Madre Tierra

La Tierra, regalo hermoso de nuestro Creador, rebosa de vida y parece que nunca terminaremos de aprender de su diversidad. La avaricia humana solo busca depredar nuestra Tierra, talando bosques sin cesar y al mismo tiempo sembrando árboles con genética específica para que sean los más eficientes. Lo mismo sucede con los animales; se busca el mejor gen y se reproducen, dejando atrás la diversidad.

La Tierra es una riqueza que no tiene límites; cada día es un amanecer de sorpresas que nos llenan de incredulidad. Pensar que es el único refugio real que existe, al menos según lo que sabemos hasta hoy, nos urge a proteger nuestras tierras. Pensar que se planta cualquier cosa y crece fácilmente es como ver la vida renacer una y otra vez, lo cual nos hace cuestionar por qué nosotros morimos y no perdura la naturaleza, que nunca acaba. Tomar responsabilidad en el uso de todas las cosas para preservar nuestro hogar es crucial.

Quizás vivimos solo 100 años porque la naturaleza industrial nos limita la vida. Parece que somos un todo con nuestro entorno. Cuando se piensa en la vida moderna, la tecnología parece fantástica, pero esa depredación tal vez sea el principio de nuestro fin. Es curioso que cuando buscamos la naturaleza como algo pacífico y libre de estrés, esa conexión con el planeta sea tan natural. Pero debemos volver a la vida rutinaria que nos hace tanto daño, lo cual indica que algo no está bien.

Cada uno puede hacer su parte en proteger al planeta, cuidando sus residuos y siendo responsable en mantener la limpieza y el orden que nuestra Tierra propone.